Un 9 de Julio gris, un llamado a la “amistad social” y una ausencia que se notó

En el 209° aniversario de la Independencia, el Te Deum en la Catedral de Mar del Plata instó a construir una “Patria nueva” desde las periferias y la “amistad social”, un mensaje que resonó en un acto oficial con una menor relevancia por la ausencia del intendente Guillermo Montenegro.

La mañana de este 9 de julio, la Iglesia Catedral fue escenario del tradicional Tedeum, una ceremonia de acción de gracias por el 209° aniversario de la Declaración de la Independencia. Presidido por el vicario general, presbítero Hernán David, el acto congregó a autoridades municipales, de las Fuerzas Armadas y de Seguridad, representantes institucionales y numerosos fieles. Sin embargo, el festejo patrio en la ciudad estuvo marcado por un acto oficial con una menor relevancia y la notoria ausencia del intendente Guillermo Montenegro, quien no participó del izamiento de la bandera ni del Te Deum, delegando su representación.

Los eventos protocolares se restringieron al izamiento de la bandera en el mástil de Plaza San Martín. Una comitiva de boy scouts fue la encargada de trasladar el estandarte desde el interior del Palacio Municipal, en presencia de dos efectivos militares y un grupo acotado de personal municipal. Posteriormente, con la asistencia de algunos miembros del gabinete y no más de cinco concejales del oficialismo, entre ellos la presidenta del Concejo Deliberante, Marina Sánchez Herrero, las actividades continuaron en la Catedral, donde se entonó el Himno Nacional Argentino, previo al tradicional Te Deum.

En su homilía, el padre Hernán David aseveró que “no hay verdadera libertad mientras haya personas descartadas, pueblos empobrecidos y personas sin derechos”. Exhortó a “tender puentes y trabajar incansablemente por la promoción y la concreción de la tan necesaria amistad y diálogo social”. Recordando la encíclica Fratelli Tutti del papa Francisco, el sacerdote enfatizó que “la libertad no puede reducirse a un individualismo egoísta, a una autonomía desvinculada del bien común”.

El mensaje del Te Deum, que llamó a la unidad y al trabajo conjunto respetando las diferencias para forjar una Nación justa y soberana, resonó con particular en un día en que el acto oficial del izamiento de la bandera en Mar del Plata se realizó casi en soledad. Esto sumado a la ausencia del intendente contrastó con el llamado eclesiástico a “ponernos la Patria al hombro” y a “trabajar juntos por una sociedad más justa, en la que todos sus miembros puedan desarrollarse plenamente reconociéndose hermanos los unos y los otros”.