
La creciente inseguridad vuelve a cobrarse una víctima, esta vez en el ámbito deportivo y comunitario. En las últims horas se anunció la suspensión indefinida de las clases de yoga que se dictaban en el salón de usos múltiples dentro del Centro Municipal de Hockey, ubicado en el Parque de los Deportes , un espacio que reunía semanalmente a más de 100 personas de distintas edades y barrios.
La decisión responde a una combinación de factores: el aumento de hechos de vandalismo, la falta de presupuesto para mantener el lugar en condiciones, y la ausencia de un esquema articulado que permita sostener la actividad a través de colaboraciones de los propios participantes. Según se informó, la falta de condiciones mínimas de seguridad tanto para los profesores como para los alumnos llevó al cierre del espacio, luego de actos vandálicos que los sacudieron.
La noticia genera tristeza e indignación entre los asistentes, quienes encontraban en la práctica de yoga no solo un beneficio físico, sino también un espacio de encuentro, contención y bienestar. “Es una pérdida muy grande para el barrio. No hay muchas propuestas gratuitas que integren a personas de todas las edades y fomenten el deporte como esta”, expresaron algunos usuarios habituales.
La suspensión de esta actividad refleja una problemática que crece sin pausa: la inseguridad se extiende a todos los ámbitos de la vida cotidiana, afectando incluso aquellos espacios que deberían ser refugios de paz y comunidad. Mientras tanto, el tejido social se resiente y las respuestas concretas siguen sin aparecer.