La tragedia volvió a colarse por las rendijas de una casa en Mar del Plata, mientras el invierno aprieta con una furia que no da tregua. Esta vez fue el gas, pero no hay que olvidarse que en las calles hay decenas de personas durmiendo a la intemperie, expuestas al mismo destino silencioso y letal.
El sábado por la tarde, familiares encontraron los cuerpos sin vida de un hombre de 60 años y su sobrina de 30 en una vivienda ubicada en Guiraldes al 5300, en el barrio San Martín. Nadie respondía. Miraron por las ventanas y allí estaba la escena helada y definitiva: dos cuerpos inmóviles, sin señales de violencia, vencidos por una muerte invisible.
La autopsia realizada el domingo confirmó lo que se temía: ambos murieron por inhalar monóxido de carbono. En busca de abrigo, encendieron algún artefacto, sin saber que el calor traería consigo una trampa mortal.
La investigación quedó a cargo del fiscal Alejandro Pellegrinelli, titular de la Unidad Funcional de Instrucción N°5. En el lugar trabajaron efectivos de la Policía Científica y de la Comisaría Quinta, que se encontraron con un escenario tristemente común en los inviernos más duros.
Mientras tanto, en las calles de la ciudad, hay quienes no tienen ni siquiera una estufa que los mate. Apenas frazadas húmedas, cartones y el temblor constante. El frío no distingue nombres ni edades. Solo avanza.