Remates online: “Hoy la oferta va a lo necesario” en un mercado de bajo consumo

El mercado de remates online, una modalidad que creció significativamente tras la pandemia, refleja hoy las profundas transformaciones de la economía argentina. Norberto Ise, martillero especializado en ventas virtuales, analiza la coyuntura actual, donde la baja demanda y la necesidad de liquidez de vendedores configuran un escenario inédito, marcado por precios reducidos y un cambio en las preferencias de los compradores.

Desde el inicio de la pandemia, la dinámica de los remates ha evolucionado. Si bien históricamente la actividad se vinculaba con eventos como viajes o cambios de residencia, actualmente el mercado se caracteriza por una significativa reducción de precios y una baja demanda de objetos, lo que a su vez contrae la oferta. “Antes lo usado se pagaba entre el 40 % y el 50 % del valor de un artículo nuevo; ahora es menos”, explicó Ise, destacando que esta situación beneficia al comprador que busca precios más accesibles, pero perjudica al vendedor, quien obtiene menores retornos.

La motivación de quienes recurren al remate no siempre es personal. Ise señaló que, en muchos casos, se trata de comerciantes que se ven obligados a cerrar sus negocios debido a la caída del consumo y los altos costos fijos. “Es una oportunidad, pero refleja una economía en retroceso”, afirmó el martillero. Puso como ejemplo un restaurante con “muy buenas instalaciones” que, a pesar de haber servido “miles de cubiertos” en la temporada 2023-2024, “tuvo que cerrar a mitad de temporada” en el ciclo actual debido a la insostenibilidad de los gastos de mercadería y personal.

Ise vincula esta situación con un trasfondo político y económico más amplio, al que denomina un “golpe blando” de tipo económico. Esta crisis, según su perspectiva, “baja el comercio” en todos los rubros. Este impacto también se siente en el sector de los remates, donde la ausencia de consumo ha llevado a que “las pujas ganadoras sean más bajas” y los “precios de reserva de los vendedores también bajen para asegurar una venta rápida”. Incluso, rememoró que, a diferencia de años anteriores donde los remates industriales de cocinas o maquinarias movían millones de pesos, ahora esto ya no ocurre. La necesidad de liquidez impulsa a los dueños de negocios, como el de un local de artículos, a vender sus bienes rapidamente.

Ante este complejo panorama, los rematadores han tenido que adaptar sus servicios. Ise destacó la implementación de una modalidad puerta a puerta: “vamos al domicilio, asesoramos, cargamos y luego coordinamos la entrega al comprador”. Este servicio busca aliviar a los vendedores de los “costos de logística”, como un flete mínimo que puede oscilar entre $20.000 y $25.000, los cuales, sumados a las comisiones, reducirían drásticamente la ganancia del vendedor. Por otro lado, la realización de remates online desde casa, aunque implica “mucho más esfuerzo“, es una estrategia para “darle una vuelta de tuerca al servicio tradicional en un contexto tan complejo”.

En cuanto a las preferencias de los compradores, el martillero observa un cambio notorio: “Hoy la oferta va a lo necesario”. Los artículos que se venden con mayor rapidez son los indispensables, como “mesas, sillas, colchones”. Por el contrario, los adornos, antigüedades, cuadros y objetos de colección, que antes gozaban de alta demanda y eran uno de los grandes objetivos de subastas, ahora son muy difíciles de vender. “La gente prefiere espacios ‘limpios’ y minimalistas”, indicó Ise. Incluso, los objetos coleccionables de décadas pasadas, como combinados o muebles de los años 70 u 80, se agrupan en lotes para alcanzar un valor cercano al que antes tenía una sola pieza.