Luego del fracaso en las negociaciones con el Gobierno en la Secretaría de Trabajo que se llevaron a cabo durante este jueves, los trabajadores del Hospital Garrahan que están nucleados en ATE marchan en el centro de la ciudad de Buenos Aires en el marco de una huelga de 24 horas.
La Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) declaró un paro nacional que afecta a hospitales nacionales de todo el país. Esta medida de fuerza refleja un profundo descontento y frustración por la falta de avances en las discusiones salariales.
Cabe recordar que los médicos residentes, que habían anunciado una movilización al Ministerio de Salud, finalmente tuvieron que dejar atrás la huelga y retomaron sus actividades. De acuerdo a un comunicado, señalaron que fueron amenazados con la posibilidad de perder sus puestos de trabajo.
En el núcleo del conflicto se encuentra la exigencia de un aumento salarial del 100% para todos los trabajadores del sector, una demanda que desde hace tiempo había estado latente. La falta de propuestas concretas por parte de las autoridades durante una reunión en la Secretaría de Trabajo, la cual fue criticada duramente por el gremio debido a la presencia de “funcionarios de segunda categoría”, llevó a la escalada de la situación.
Según declaraciones de Rodolfo Aguiar, secretario general de ATE, fue un “fraude” la reunión debido a la ausencia de funcionarios con poder de decisión.
En respuesta a la situación, el representante sindical expresó en una entrevista televisiba que el Gobierno no muestra ninguna intención de resolver el conflicto. “Desde ATE decimos que vamos a nacionalizar la protesta del Garrahan. Hemos decidido lanzar un paro nacional en todo el sector de salud”, afirmó Aguiar.
Esta movilización incluye una marcha hacia la Plaza de Mayo, pasando por las principales vías de tránsito en el centro de la ciudad de Buenos Aires.
En ese marco, Alejandro Lipcovich, secretario general de la Junta Interna de ATE en el Garrahan, señaló que el conflicto “se va a profundizar”, y destacó las preocupaciones sobre el posible desmantelamiento del hospital.
Por otro lado, Norma Lezana, secretaria general de la Asociación de Profesionales y Técnicos (APyT) del Hospital, denunció presiones hacia los residentes, quienes, según dijo en TN, enfrenta amenazas de despido por su participación en las demandas.
Este contexto de tensiones también ha alcanzado a los médicos residentes, quienes tras rechazar una oferta unilateral del Gobierno decidieron levantar la medida de fuerza y reincorporarse a sus labores. Según fuentes del Ministerio de Salud, la asamblea de médicos residentes optó por retomar sus actividades, decisión que fue publicada en un comunicado dirigido al Consejo del Hospital.
La reacción del Gobierno
Frente a estas acciones, el Ministerio de Salud emitió un comunicado denunciando la medida de fuerza como una “extorsión política disfrazada de reclamo”, argumentando que perjudica el derecho a la salud de millones de argentinos.
“El derecho a la salud de los argentinos no puede ser rehén de intereses políticos y gremiales. Negarse a asistir a los pacientes y desoír las instancias legales de negociación atenta contra toda norma ética, sanitaria y jurídica. Esto no es una medida gremial: es una extorsión política disfrazada de reclamo”, señalaron.
Según la cartera sanitaria, el paro es una acción que convierte a los hospitales nacionales en “campos de batalla gremial”, afectando directamente la atención de los pacientes. El Ministerio instó a que cesen las acciones y se respete la conciliación obligatoria dictada por la Secretaría de Trabajo, medida que, según el Gobierno, busca garantizar la continuidad del servicio en los hospitales.
En este sentido, la posición del gobierno es firme: el funcionamiento de los hospitales nacionales no debe ser interrumpido por intereses gremiales, sino que debe centrarse en la atención y compromiso con los ciudadanos.