Profunda emoción en Mar del Plata por el inicio del pontificado de León XIV

Este domingo 18 de mayo, en una jornada marcada por la devoción y la emoción, la comunidad marplatense se reunió en la Catedral Basílica de los Santos Pedro y Cecilia para celebrar una Misa de acción de gracias por el inicio del pontificado de Su Santidad León XIV.

Coincidiendo con el día en que el nuevo Papa inició su ministerio en Roma, la Catedral de Mar del Plata se llenó de fieles que acudieron con gratitud y entusiasmo. La ceremonia fue presidida por el presbítero Hernán David, vicario general de la diócesis, en representación del obispo Ernesto Giobando, quien se encontraba en General Madariaga en la misa de toma de posesión del nuevo párroco.

Durante la celebración, se elevó una plegaria por el pontífice en nombre de toda la comunidad diocesana. Las palabras pronunciadas por León XIV en la Plaza de San Pedro resonaron con fuerza entre los presentes: “Quisiera que este fuera nuestro primer gran deseo: una Iglesia unida, signo de unidad y comunión, que se convierta en fermento para un mundo reconciliado.”

La comunidad marplatense recibió este mensaje con profunda emoción. En cada rostro se reflejaba la esperanza de un tiempo nuevo para la Iglesia. Las campanas de la Catedral, los cantos litúrgicos y las oraciones compartidas crearon un ambiente de verdadero recogimiento, pero también de alegría espiritual.

Nos sentimos profundamente conmovidos. Este Papa nos inspira, nos recuerda la belleza de la unidad y la importancia de construir la paz desde la fe”, expresó una feligresa que asistió junto a sus hijos.

La misa concluyó con un sentido aplauso, gesto espontáneo de los marplatenses para manifestar su cercanía y afecto hacia el Santo Padre. Fue una celebración que no solo marcó un momento litúrgico importante, sino que dejó grabado en el corazón de muchos el deseo de una Iglesia viva, abierta y fraterna.

Mar del Plata, ciudad de fe y esperanza, abrazó con fervor el inicio del camino de León XIV, renovando su compromiso con los valores evangélicos y el llamado a la unidad.