Jubilados volvieron a movilizarse y esta vez con el apoyo de los Cooperativas

Raúl Álvarez, jubilado y miembro de una cooperativa, participó de la jornada de protesta frente al PAMI en Mar del Plata para visibilizar la crítica situación que enfrentan los adultos mayores, y marchar junto a los integrantes de la Clase Pasiva marplatense.

En el marco de una jornada nacional en apoyo a los jubilados, cooperativas de trabajo se movilizaron este martes frente a la sede del PAMI en Mar del Plata. Entre ellas estuvo presente la Cooperativa Trabajar, de la que forma parte Raúl Álvarez, un trabajador jubilado de 72 años que aún se desempeña en la construcción porque su ingreso no le alcanza para cubrir gastos básicos como alimentos y medicamentos.

“En víspera del Primero de Mayo y es un momento muy duro para todos los compañeros jubilados, pensionados y desocupados”, expresó Álvarez, quien aseguró que la movilización busca visibilizar el abandono que sienten por parte del Estado. “Apoyamos el movimiento de jubilados porque también dentro de nuestras cooperativas hay muchos compañeros pensionados y jubilados. Además, con la nueva ley del presidente Milei, muchos ya no pueden jubilarse ni acceder a una pensión”.

Uno de los ejes centrales del reclamo es el acceso a la salud. Según denunció Álvarez, las restricciones en medicamentos afectan gravemente a la calidad de vida de los adultos mayores. “Algunos compañeros directamente no pueden acceder a los remedios. Los hospitales y las salitas no tienen insumos. La situación es muy preocupante”, indicó.

Desde temprano, las organizaciones impulsaron una olla popular abierta a jubilados, pensionados y vecinos. “Queremos mostrar la necesidad que hay en Mar del Plata. Que se vea lo que está pasando”, explicó.

Raúl cuenta que cobra la jubilación mínima y que, pese a haber trabajado toda su vida -primero en relación de dependencia, luego como monotributista-, debe seguir trabajando. “Dicen que los que se jubilan son vagos. Pero yo nunca viví de un plan social. Me jubilé como monotributista y sigo arriba de un andamio porque no me alcanza”, afirmó.

Otro problema grave, señaló, es el acceso a medicamentos. “Estoy gastando 80 mil pesos por mes. Me cubren los de la diabetes, pero no los del colesterol ni los de la vista. Y como tengo una casa y un terreno, no me los quieren dar”, denunció.

A sus 72 años, trabaja junto a sus hijos, quienes lo ayudan en la obra. “Gracias a ellos puedo seguir, pero hay muchos compañeros que ya no pueden hacer fuerza ni subirse a un andamio. Y si no vendés todo y vivís bajo una chapa, parece que el gobierno no te ayuda”, concluyó con bronca y resignación.