Multitudinaria misa en la Catedral marplatense por el eterno descanso del Papa Francisco

Este lunes, el Obispo Diocesano de Mar del Plata, Mons. Ernesto Giobando, presidió una emotiva misa en memoria del Papa Francisco, fallecido en el Vaticano. La celebración tuvo lugar en el marco del tiempo pascual y congregó a una iglesia colmada de fieles que se acercaron a rendir homenaje al primer pontífice argentino.

Durante la homilía, Monseñor Giobando destacó la figura de Francisco como un hombre profundamente comprometido con el Evangelio, un Papa que “levantó la voz por la paz” en tiempos marcados por los conflictos bélicos, y que trabajó intensamente en difundir “la alegría de la fe”. También subrayó que su fidelidad al mensaje evangélico muchas veces le costó críticas y malentendidos, “como le sucede a quienes se ajustan con firmeza a la palabra de Dios”.

Visiblemente conmovido, el obispo reveló que despedía no solo a un líder espiritual, sino también a un amigo de más de cincuenta años. “Lo conocí hace cinco décadas, y puedo decir que hasta el último día utilizó sus fuerzas para dar una bendición al mundo, como lo hizo ayer desde la ventana”, expresó.

La misa tuvo momentos especialmente emotivos, como la participación de un grupo de jóvenes coordinados por el sacerdote Lucas Leiva, quienes realizaron un homenaje con carteles en memoria del Papa. Además, en el altar se expuso la histórica cruz de San Damián, bendecida por Francisco en Río de Janeiro y que ha recorrido numerosos países. La cruz fue traída por jóvenes desde Luján y, en una coincidencia cargada de simbolismo, se encontraba en Mar del Plata al momento de su partida.

El clima fue de recogimiento y gratitud, en una ceremonia que unió oración, memoria y comunidad para despedir al Papa que marcó una época en la historia de la Iglesia.