Guillermo Fasano: Los textiles no podemos ser competitivos con esta carga impositiva

Es un momento de cambio. De expectativa, pero también de mucha incertidumbre ”, expresó el presidente de la Cámara Textil de Mar del Plata, Guillermo Fasano , en diálogo con “el Retrato…” . Asimismo, señaló: “ Aún no sabemos bien cómo pueden impactar las medidas internacionales ” y analizó: “ La decisión de bajar los impuestos a la producción extranjera es demagógica, para la tribuna. Hacen falta políticas para el sector PyME ”.

En este contexto, Fasano explicó: ” Ha cambiado la política macro. El impulso que el gobierno anterior le daba al consumo, hoy no existe. La preocupación del actual Gobierno Nacional es cuidar las cuentas y eso lleva a una retracción “. Así, detalló: “S e está combatiendo la inflación y objetivamente ha bajado. No a los niveles que se requieren en un país organizado y ordenado, pero se ha avanzado mucho. Y, aunque nos han bajado algunos impuestos, como el Impuesto País, no representan la mayor carga tributaria. Además, han impulsado reformas sobre la industria del juicio laboral, pero se han quedado cortas. Es un debate importante que vamos a ver cómo sigue “.

Por otro lado, consideró: ” Cuando estábamos expectantes de que hubiera una baja impositiva para mejorar los precios a los consumidores, el Gobierno Nacional bajó los impuestos a los chicos, a la producción extranjera. Eso nos impactó negativamente y nos ha creado mayor incertidumbre. Es una decisión demagógica porque los precios de la indumentaria no van a bajar, por lo menos en relación al enorme daño que le están haciendo a la producción y al empleo nacional ”.

“La comercialización es el gran problema de la Argentina”

En relación con los sectores más perjudicados dentro de la industria textil, Fasano informó: ” Desde que se fabrica una prenda hasta que llega al consumidor, hay muchos costos intermedios. De hecho, está demostrado que solo el 20% del precio final corresponde al costo de fabricación. El otro 80% se va en impuestos y en el proceso de comercialización. Lo más preocupante es que esos costos no bajan en Argentina, y eso también perjudica al sector industrial ”.

A su vez, añadió: ” En Mar del Plata hace poco abrió, y con expectativa, dos marcas extranjeras. La gente hacía cola para ir a comprar y cuando abrió las puertas, los productos, que son mercadería china, costaban el triple que en España o en Chile. Es decir, tanto el proceso industrial como el comercial se ven afectados, pero más este último ” y enfatizó: ” La gente se va a Chile y consigue la mucha ropa más barata

“No podemos ser realmente competitivos por la carga impositiva”

Respecto a las expectativas para el futuro, Fasano expresó: “ Veo un nuevo descenso de escalón en la industria del pullover, lamentablemente. Aunque seguimos siendo muy importantes en calidad, diseño y competitividad, la carga impositiva es delirante ”. Y detalló: ” Un estudio del CONICET analizó 33 categorías de indumentaria. El jean resultó ser la prenda con mayor diferencia de precio, lo que suele usarse como ejemplo del “alto costo” de la ropa en Argentina. Sin embargo, ese ejemplo es engañoso, ya que es como juzgar el precio de los autos tomando como referencia un Mercedes-Benz ” .

Por otra parte, ” El suéter tiene precios competitivos frente a países como Perú, Uruguay o Brasil. Por eso, aunque Mar del Plata cuenta con la última tecnología, el problema radica en la presión impositiva. Realizamos un estudio y los impuestos como Ingresos Brutos y el impuesto a débitos y créditos representan hasta un 38% del precio de una prenda, sin contar tasas municipales. Por comparación, en Chile el IVA es del 18%. Además, los precios muchas veces están inflados por el sistema de comercialización Por ejemplo, un jean que figura a 400 mil pesos en un shopping suele tener descuentos del 25 al 30% según el día y las promociones con tarjeta, por lo que ese valor no refleja el precio real ”.

Por último, manifestó: ” El costo argentino también incluye factores como la inseguridad , que encarece servicios como shoppings. Estos espacios ofrecen protección, que se paga, y ese costo termina afectado también al precio final de la indumentaria. Todo esto se da en un contexto donde, ante problemas económicos, lo primero que deja de comprar la gente es ropa “.