
El fútbol femenino en Argentina cambió para siempre cuando la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) oficializó su profesionalización. Aquel 16 de marzo de 2019, la creación de la Liga Profesional selló años de lucha dentro y fuera de la cancha. Seis años después, el crecimiento es innegable: cada vez más mujeres y niñas practican este deporte, tanto en el ámbito amateur como en competencias oficiales. En este nuevo aniversario, desde “el Retrato…” repasamos la evolución, los logros y la actualidad del fútbol femenino en el país.
Comienzos y raíces del fútbol femenino argentino
Si bien la profesionalización impulsó la expansión del fútbol femenino en Argentina, su historia tiene raíces más profundas de lo que muchos imaginan. El primer partido registrado se jugó el 13 de octubre de 1923 en la antigua cancha de Boca Juniors, donde los equipos Argentinas y Cosmopolitas se enfrentaron ante unos 6.000 espectadores, una muestra temprana del interés popular por la disciplina.
Aunque los registros iniciales son escasos, en la década de 1950 comenzaron a documentarse encuentros de mujeres en canchas de barrio. En 1959, la revista Goles destacó un partido femenino, marcando el inicio de una generación de pioneras. Durante los años sesenta, se disputaron encuentros entre clubes que fueron registrados en material audiovisual, lo que permitió la consolidación de equipos y el surgimiento de jugadoras que luego participarían en competencias internacionales.
Uno de los hitos más importantes en la historia del fútbol femenino argentino ocurrió en 1971, cuando una selección de jugadoras viajó a México para disputar el Mundial de la disciplina, un torneo de carácter no oficial. El 21 de agosto, Argentina venció 4-1 a Inglaterra en el Estadio Azteca, con una actuación brillante de Elba Selva, autora de los cuatro goles. Aquel resultado quedó marcado en la historia y, desde 2019, cada 21 de agosto se conmemora en Argentina el Día de la Futbolista.
Camino hacia la profesionalización
Si bien los encuentros y torneos informales ya existían, el gran salto organizativo llegó en 1991, cuando la AFA organizó el primer Campeonato de Fútbol Femenino oficial. El torneo inaugural contó con la participación de ocho equipos y coronó a River Plate como el primer campeón. Durante los años noventa y principios del nuevo siglo, la competencia creció con la incorporación de más clubes y la implementación de distintos formatos.
Uno de los cambios más trascendentales se produjo el 16 de marzo de 2019, cuando la AFA anunció la profesionalización del fútbol femenino. Se establecieron normas que garantizaban un mínimo de contratos profesionales: inicialmente, cada club debía contar con al menos ocho jugadoras con contrato, cifra que luego se amplió. Además, se fijó un salario equiparable al de las categorías inferiores del fútbol masculino. Esta medida fue el resultado de años de lucha de las jugadoras, quienes denunciaban condiciones precarias, bajos salarios y falta de infraestructura.
La profesionalización no solo mejoró las condiciones laborales, sino que también impulsó la formación de nuevas generaciones de futbolistas, brindando mayores recursos y visibilidad mediática. Desde entonces, la repercusión mediática ha permitido que más personas sigan el torneo y conozcan a sus protagonistas.
Fútbol femenino en Mar del Plata
En el ámbito local, las Tiburonas de Aldosivi son las máximas exponentes. Desde la temporada 2023, participan en las competencias oficiales organizadas por la AFA y, en 2024, lograron un histórico ascenso a la Primera B, la segunda división del fútbol femenino argentino. A partir de abril de este año, competirán por alcanzar la máxima categoría.
Además, varios clubes locales han apostado al desarrollo del fútbol femenino, promoviendo su crecimiento y consolidación. De este modo, con cada vez más jugadoras y equipos, la disciplina continúa en ascenso y celebra sus primeros seis años de profesionalización con un futuro prometedor.