Éxodo turístico por la Autovía 2 que marca el fin del verano y el regreso a las clases

El verano ha llegado a su fin. Al igual que aquella famosa canción “Todo tiene un final” de Willie Colón y Héctor Lavoe, la temporada estival terminó su ciclo, dejando atrás las tardes calurosas, los carnavales y las vacaciones de verano. A pesar de los días de mal tiempo, el espíritu festivo de Mar del Plata se fue apagando poco a poco, mientras la ciudad se preparaba para regresar a la rutina. La despedida de la temporada fue marcada por la salida masiva de turistas, que se desplegaban por las rutas hacia la Capital Federal, dejando atrás a esta ciudad que, a partir de ahora, quedaría en “familia”.

El éxodo comenzó temprano, y el mediodía marcó el momento cumbre de la partida. Según datos de Aubasa, el tránsito en las rutas hacia Buenos Aires era considerable. A las 12 del mediodía, la Autovía 2 registraba 2.058 autos en el peaje de Samborombón, mientras que en el acceso por Maipú la cifra ascendía a 1.564 vehículos. Además, la Ruta 11, a la altura de La Huella, acumulaba 2.026 rodados, lo que indicaba que las principales arterias hacia la ciudad de Buenos Aires estaban bastante congestionadas. La huella del verano comenzaba a desvanecerse mientras los turistas volvían a sus hogares.

En la zona del Puesto Caminero a la salida de Mar del Plata, personal de Seguridad Vial alertaba, especialmente, a auellos automovilistas que partían sin encender las luces obligatorias de sus vehiculos el ingresar a la Autovía 2.

Las rutas y caminos hacia la costa, en cambio, presentaban una circulación más tranquila. La afluencia de vehículos hacia Mar del Plata era moderada, lo que significaba que las personas que aún pensaban en disfrutar del litoral argentino tendrían un viaje mucho más relajado. Esta diferencia de intensidad en el tránsito contrastaba con el ambiente en la ciudad. Las calles marplatenses se fueron vaciando poco a poco, mientras que los que quedaroj, en su mayoría, son residentes que se preparaban para el comienzo del año escolar y la vuelta a la vida cotidiana.

El retorno no fue solo visible en las rutas, sino también en la Estación Ferroautomotora, donde el movimiento de pasajeros era fluido, especialmente en las últimas horas de la tarde. Los que regresaban a la ciudad no solo lo hacían por carretera, sino también por los trenes, que servían como otra vía de escape hacia Buenos Aires. Los medios de transporte reflejaban la misma despedida que ocurría en las calles, con un aire nostálgico de quienes se van y la sensación de que la temporada estival ya había llegado a su fin.

Los hoteles marplatenses, aunque no contaban con cifras oficiales hasta el mediodía, lograron mantener una ocupación significativa durante el último tramo del verano. Se estimaba que entre un 65 y 70 por ciento de las habitaciones estaban ocupadas por turistas que se despidieron de la ciudad antes de la llegada de la rutina. Por su parte, el alquiler de casas y departamentos tuvo un desempeño aún más positivo, con tasas que superaron el 80%, lo que reflejaba una fuerte demanda por parte de quienes optaron por una estadía más prolongada y privada.

Mar del Plata que se transforma en un hervidero de turistas durante el verano, ahora ha quedado en calma. La época de los carnavales y las fiestas se desvanece y, en su lugar, se abre una nueva etapa.

El regreso a clases marca el inicio de una nueva etapa en la vida de los marplatenses y también de quienes llegaron por unos días a disfrutar de la costa. Mientras tanto, Mar del Plata ya se prepara para la Semana Santa que seguramente traerá otra bocanada de “recursos frescos” para alegría de los marplatenses todos.