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En los últimos días, las playas del sur marplatense han visto una gran acumulación de algas rojas, un fenómeno que ya había afectado previamente a las playas céntricas. Este evento natural ha traído consigo consecuencias directas sobre el turismo, dificultando el acceso al mar y reduciendo la afluencia de bañistas.
Concesionarios de la zona indicaron que las algas comenzaron a acumularse hace dos días y, según expertos, permanecerán en la zona hasta que cambien las condiciones del viento, lo que podría suceder con la llegada de una sudestada o de un mar fuerte.
Sin embargo, la solución parece ser complicada. Extraer las algas mediante el uso de maquinaria pesada, como palas y camiones, no solo es impráctico, sino que también podría acarrear denuncias penales por parte de ambientalistas, ya que podría dañar el ecosistema local.
El principal problema de las algas rojas, además de su acumulación, es el fuerte olor nauseabundo que dejan a su paso, lo cual desanima a los turistas. Aunque no representan un peligro para la salud de las personas, su presencia afecta la experiencia en la playa.
Informe del Inidep
Expertos del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (Inidep) señalaron que las algas no son peligrosas para los seres humanos, ya que no se trata de una “marea roja”, que está asociada con microalgas tóxicas. No obstante, se recomienda evitar el contacto con ellas debido a su desagradable olor y su capacidad de descomposición.
El comportamiento de las algas sigue el ciclo de las mareas. Durante las mareas altas, el mar suave y sin oleaje junta las algas en la orilla, y cuando la marea baja, estas quedan concentradas en la playa. Al subir nuevamente la marea, el movimiento del agua las dispersa hacia otros lugares, siguiendo la dirección de la deriva marina. Este ciclo continuará por lo menos durante dos días más, hasta que cambien las condiciones climáticas.
El impacto sobre las playas del sur es claro: los turistas prefieren alejarse de la costa cuando se encuentran con este fenómeno. En tanto, la falta de presencia estatal para manejar la situación en las playas del sur deja a la comunidad local preocupada por la continuidad de este fenómeno y su efecto en el final de la temporada turística.