En un insólito suceso ocurrido en Mar del Plata, donde personal municipal llevó a cabo el desalojo de personas que habían intrusado los techos del Jardín de Infantes Nº 935, ubicado en la calle San Luis 1415. Los ocupantes, en situación de calle, se habían instalado en el lugar, trayendo consigo diversos objetos como colchones, camas, reposeras, sombrillas, ropa y enseres domésticos.
El alarmante descubrimiento fue alertado por las autoridades del jardín, que enviaron una carta al Concejo Escolar en la que describían la situación: “En el techo nos encontramos con una cama, un elástico y una reposera. Los vecinos nos informaron que hay personas en situación de calle que utilizan nuestros techos como vivienda y nuestro tanque de agua para higienizarse, ya que este tiene la tapa sin precintos de seguridad, lo que impide el uso del agua hasta que se realice su limpieza”, detallaron.
La situación de inseguridad en la zona también había generado otros inconvenientes. En la entrada de la institución, una palmera —la más antigua de la ciudad, propiedad de la municipalidad— se había convertido en un punto de reunión para personas que consumían estupefacientes y realizaban sus necesidades en público. “En varias ocasiones hemos tenido que llamar al 911 para que retiraran a las personas que estaban durmiendo allí, lo que dificultaba el ingreso de los niños y niñas”, explicó la vicedirectora, Natalia Echevarría.
Además, la escuela sufrió varios intentos de robo, con daños materiales en la infraestructura, como roturas de vidrios y rejas. Ante la gravedad de la situación, las autoridades del jardín solicitaron con urgencia la intervención de las autoridades municipales para solucionar el problema de forma definitiva.
Este extraño caso pone de manifiesto la creciente preocupación por la seguridad y la higiene en las instituciones educativas, que no solo deben velar por el bienestar de los alumnos, sino también por la preservación de sus instalaciones.