El asesinato de Cristian Velázquez, un kiosquero de 50 años, en Mar del Plata, resalta una vez más la creciente preocupación por la inseguridad en esta ciudad. Este crimen, que ocurrió en la zona cercana al Estadio Mundialista, marca otro capítulo trágico en la ola de violencia que golpea a esta ciudad, y plantea nuevamente la urgencia de revisar tanto las políticas de seguridad como las estructuras judiciales.
El hecho ocurrió cuando dos hombres, que llegaron en moto, intentaron robar el comercio, pero al ser sorprendidos por la resistencia del kiosquero, respondieron con un disparo mortal. Velázquez (FOTO) , quien ya había sido víctima de asaltos al menos cuatro ocasiones previas, trató de defenderse con un gas pimienta, pero esta acción fue en vano. Un disparo en la cabeza terminó con su vida, y los delincuentes escaparon sin llevarse nada. La moto, una de baja cilindrada, se dirigió hacia la calle Irala, y desaparecieron.
El fiscal Alejandro Pellegrinelli, brindó detalles del hecho a la prensa y dijo que “fue una secuencia muy rápida que quedo captada en la cámara de seguridad del comercio. Hay una persona de 50 años fallecida, con un disparo en la zona frontal del cráneo y salida en la parte posterior. Fue una huida sin haber concretado el robo”.
Mas aelante acotó que “Escaparon en una moto de baja cilindrada en dirección a Irala. Se está realizando el relevamiento de cámaras. La acción de defensa de la víctima produce el desenlace. Le dispararon rápidamente. No hay vainas, pero tenemos una trayectoria balística. Sería un arma calibre 32 o 38”
Un sistema judicial pasivo con el accionar delictivo
Lo que se destaca de este caso es la ausencia de una respuesta efectiva ante situaciones de esta naturaleza. La denuncia pública no solo se refiere al accionar de la policía en las calles, sino también a la pasividad del sistema judicial frente a estos hechos. El control y seguimiento sobre las motocicletas en las que circulan por Mar del Plata no alcanza con el accionar municipal de control y secuestro de vehículos.
Más de un 50% de las motos que circulan por Mar del Plata no solo no cuentan con los papeles en regla , sino que además, gran parte de esos vehículos tienen la numeración modificada. Sin embargo, la Justicia solo les hace una “infracción” por flagrancia, y continúan en libertad. Esta situación se repite cotidianamente.
Solo con los controles callejeros no alcanza
Aunque el intendente Guillermo Montenegro haya dado expresas ordenes para intensificar los operativos, secuestrando 476 motos en el último mes, los esfuerzos parecen insuficientes ante la magnitud de la problemática. El control sobre la circulación de vehículos, especialmente motos, debe ir acompañado de una estrategia más amplia que contemple la prevención del crimen en sus distintas formas, y un verdadero accionar de la Justicia que deje de proteger a los victimarios.
Urge que las autoridades, tanto locales como nacionales, asuman de forma más activa la responsabilidad de garantizar la seguridad de los ciudadanos. El caso de Velázquez no es un hecho aislado, sino un síntoma de una crisis de inseguridad que necesita ser abordada con urgencia. Las fuerzas de seguridad y la Justicia deben ser más eficaces para desarticular las redes delictivas que hoy operan , al parecer, con total impunidad.
La muerte como la de Cristian Velázquez exigen una respuesta contundente, no solo en el ámbito policial, sino también en el judicial, para que el sistema no siga dejando escapar a los responsables de estos crímenes.
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