Una “agonía” que cada día se agrava mas: Hoy solo quedan 100 de 600 puestos de diarios

Los puestos de diarios, parte del paisaje urbano de Mar del Plata durante décadas, enfrentan una permanente crisis que amenaza su continuidad. La digitalización de la información, el cambio en los hábitos de consumo y el impacto económico han reducido sus ventas, llevando a muchos canillitas a replantear su futuro. En los últimos días, la Municipalidad ha avanzado en el levantamiento de varios puestos, algunos en desuso y otros con actividad, lo que reavivó el debate sobre el rol de estos espacios. Tres trabajadores del sector contaron su experiencia a “el Retrato…”, compartieron sus estrategias para mantenerse a flote y su visión sobre el incierto porvenir de la actividad.
“Vender dos diarios significa un buen día”

Empecé hace 25 días, a principios de 2025. Sé en el riesgo que me metí, pero espero que me vaya bien. Hasta ahora la llevó ahí. No hay mucha venta”, expresó Juan, dueño de un puesto en Dorrego casi Laprida. “Por ahora la consulta es muy pequeña. Lo que más sale es el diario Crónica, Popular y La Capital. Cuando vendo dos, ya es un día buenísimo, porque hay días que no se vende nada”, detalló.

Siguiendo esa línea, agregó: “Estoy desde la mañana hasta la una, porque a la tarde es peor. No anda nadie. Un día me quedé hasta las cinco y no vendí nada” y analizó: “Lo digital está matando a los puestos de diarios. Si uno tiene que comer de este oficio, en este momento no es posible. Quizá más adelante la situación sea diferente. Aunque creo que el invierno va a ser algo terrible. Por más que sea el dueño, si no puedo subsistir, tendré que cerrar”.

“Me gustaría trabajar con la gente local. Con promociones y colecciones, pero no quiero adquirir una deuda grande que después no pueda pagar. Tengo a mis hijos que me sostienen, pero la intención es que el puesto se mantenga a sí mismo. Pagar las cuentas y que me deje un pequeño sueldo a mí, para comer un choripán, una gaseosa o ir al cine que me encanta”, concluyó.

“Es muy raro hacer un cliente nuevo”

Por su parte, otro Juan tiene su puesto en avenida Independencia, a metros de Rodríguez Peña. “Llevo seis años, de ocho a dos de la tarde. Con una clientela de barrio. En nuestro rubro, el público es gente de 60-70 años para arriba. Es muy raro hacer un cliente nuevo, pero quienes son fieles al diario no se los sacas con nada”, señaló. A su vez, rememoró: “Tengo colegas en el centro que en la pandemia vendían entre 80 y 100 diarios. Ahora venden 20. En un día bueno, acá vendemos 35-40 ejemplares. Todo local”. No obstante, precisó: “La mayoría de los puestos vivimos gracias a las colecciones, que son muy variadas. El diario deja poco margen. Tenes que vender mucha cantidad para que realmente rinda”.

En este marco, respecto al levantamiento de puestos por parte de la Municipalidad, manifestó: “Hay kioscos que realmente molestan, pero veo mal que los levanten así. Por ejemplo, tengo un colega que estaba en Santiago del Estero y San Martín. Estuvo 80 años ahí, y porque vino una firma que puso plata, lo corrieron. Eso lo veo mal, pero hay muchos kioscos que hoy en día molestan, que no están en funcionamiento y la verdad que los levanten no nos cambian nada a nosotros”.

Por último, expresó: “Este año hice la habilitación y no hubo ningún problema. El kiosco nunca tuvo una denuncia. En estos seis años nadie de la Municipalidad vino a ver si está todo en regla, porque saben que está todo en regla. Además, está pintado y mantenido”.

“Quedan 100 puestos de diarios en Mar del Plata”

Con 42 años de trayectoria, Marcelo Marcos mantiene su puesto en avenida Juan B. Justo casi Córdoba. “Estoy desde 1982. Vi muchos altibajos. En este país nos caracterizamos por eso. Este es un momento muy complejo por diversos factores. Por un lado, la parte digital que no podemos competir. Las noticias están al instante, mientras que antes la gente se anoticiaba a través de los diarios y los medios gráficos. Por otro, el aspecto económico que ha ido incidiendo en que nuestra actividad haya ido en retroceso. Por ejemplo, nos afecta la alta inflación. No podemos remarcar precios como hacen otros rubros”.

Sobre este declive, agregó: “La pandemia fue, lamentablemente, casi un golpe de gracia. Afectó a la gente mayor que es de quienes nos nutrimos, la gente grande es la que lee. Los chicos prácticamente no lo hacen. Además, pasada la pandemia, no se recuperó esa gente: algunos quedaron en el camino y otros perdieron el hábito. Y con la jubilación mínima en 280.000 pesos, tienen otras prioridades obviamente”. De este modo, confirmó: “El diario se vende, pero no como antes, sino en menor porcentaje. Vendemos un promedio de 100 por día, la mitad nacionales y la otra mitad locales, que es La Capital. Pero en general, la actividad se ha ido reconvirtiendo. Se ha orientado más a colecciones, ya sean de cocina o juguetes para chicos”.

Respecto a la actualidad, reparó: “En nuestro rubro, la temporada no existe. No nos afecta. Sinceramente, trabajamos mejor en invierno, con el inicio de clases y de las rutinas hay más movimiento. Además, en marzo usualmente se lanzan colecciones nuevas, colecciones de libros y diferentes cosas”. Y aclaró: “Tenemos la suerte de tener el hospital (HPC) a media cuadra. Eso nos ayuda bastante. Pero proyectar es difícil. Siempre digo que el largo plazo es mañana, el mediano plazo es hoy y el corto plazo fue ayer. En la medida que la situación se estabilice y que, más o menos, la macroeconomía se acomode, vamos a saber dónde estamos parados y quizá proyectar a futuro”.

Con este panorama, Marcos reflexionó sobre el levantamiento de puestos de diarios. “Habría que analizar cada caso puntual, porque hay diferentes situaciones. Entiendo al frentista cuando tiene un kiosco delante y está cerrado. Molesta porque se presta para que se meta gente, por la suciedad. También entiendo a la municipalidad a que le dé la derecha a los frentistas en esos casos”, sostuvo y concluyó: “A mí nunca me han molestado. Incluso renové la habilitación y no tuve ningún tipo de problema. Nunca ha venido nadie a plantearme ningún tipo de situación”. Sin embargo, lamentó: “Cuando empecé había 600 puestos, ahora calculo que quedarán 100 en Mar del Plata”.