Dura critica de la Iglesia a la represion y desalojo de personas en situacion de calle

La Iglesia marplatense a traves de Cáritas, los centros del Hogar de Cristo y la Pastoral de las Adicciones del Obispado de Mar del Plata dió a conocer un duro comunicdo relacionado a las personas en situción de calle y se refirió la falta de abordaje a  las desigualdades como “el desempleo, la precarización laboral, la ausencia de políticas habitacionales efectivas, la falta de una atención integral a la salud y el aumento del consumo de drogas sin políticas eficaces de control, prevención y asistencia”.

Fue crítico, sin mencionarlo a las medidas adoptadas por el Jefe Comunal y expresó su profunda preocupacion ante las respuestas insuficientes y que ” muchas veces adopten un enfoque que prioriza la represión y el desalojo por encima de la escucha, el cuidado y la dignidad.”

En el documento dado a conocer a la prensa afirma de manera textual, citando primero al Papa Francisco cuando señaló “Identificándose con los más pequeños de la sociedad    «Jesús aportó la gran novedad del reconocimiento de la dignidad de toda persona, y también, y sobre todo, de aquellas personas que eran calificadas de “indignas”. Este nuevo principio de la historia humana, por el que el ser humano es más “digno” de respeto y amor cuanto más débil, miserable y sufriente, hasta el punto de perder la propia “figura” humana, ha cambiado la faz del mundo, dando lugar a instituciones que se ocupan de personas en condiciones inhumanas: …los enfermos mentales, personas con enfermedades incurables…  y aquellos que viven en la calle» Papa Francisco, DILEXIT NOS 

Desde Cáritas, los centros del Hogar de Cristo y la Pastoral de las Adicciones del Obispado de Mar del Plata, que acompañan a las personas en situación de calle y a los sectores vulnerables observaron con profundo dolor y preocupación la grave situación que atraviesan estos hermanos y hermanas en nuestra ciudad. Cada día nos encontramos con nombres, rostros e historias que nos interpelan: hombres, mujeres, jóvenes e incluso niños que enfrentan una dura realidad de exclusión social, negación de derechos básicos y una vida marcada por el abandono y la indiferencia”

Desde nuestras comunidades, trabajamos incansablemente para acompañar a quienes sufren esta dolorosa realidad. Nuestro compromiso no se limita solamente a ofrecer asistencia inmediata, como un plato de comida o un lugar de refugio, sino que busca abordar las causas estructurales que perpetúan estas desigualdades: el desempleo, la precarización laboral, la ausencia de políticas habitacionales efectivas, la falta de una atención integral a la salud y el aumento del consumo de drogas sin políticas eficaces de control, prevención y asistencia.

Nos preocupa profundamente que las respuestas sean insuficientes y muchas veces adopten un enfoque que prioriza la represión y el desalojo por encima de la escucha, el cuidado y la dignidad. Esta mirada excluyente y violenta debe ser transformada para avanzar hacia políticas públicas que verdaderamente promuevan la inclusión y reconozcan a cada persona como sujeto de derechos.

Desde el Evangelio de Jesús, reafirmamos que las personas en situación de calle no son un “problema” que deba resolverse, sino hermanos y hermanas que merecen respeto, reconocimiento en su dignidad y acompañamiento. Como Iglesia, renovamos nuestro compromiso de trabajar por la paz social en unidad con todos los sectores, convocando a un diálogo abierto y solidario que promueva la construcción del bien común.

Tal como nos ha recordado el Papa Francisco en Fratelli Tutti, nadie puede salvarse solo. En este momento crítico, Mar del Plata necesita un pacto social que coloque a los más vulnerables en el centro de las prioridades, desplazando la indiferencia y rechazando la violencia institucional como respuesta a la pobreza.

Hacemos un llamado urgente a la ciudadanía, a las organizaciones sociales y a nuestros representantes y funcionarios del Estado para que redoblemos esfuerzos y asumamos un compromiso real con quienes más sufren, porque todos los marplatenses nos merecemos una sociedad fraterna, solidaria y en paz.