¡Vaya sorpresa! Después de tres años de ignorar sus obligaciones contractuales “olvidadas” los categorizados balnearios del Sur, con sus megafiestas y exclusivas vistas, ahora se enfrentan a una deuda de $300.000.000 que no tenían la cortesía de abonar. Una deuda tan monumental por el servicio de guardavidas… y justo ahora, cuando la prensa los empieza a subirlos al “centro del ring”, la Comuna, se “entera” y toma medidas en el asunto.
Pero, claro, los funcionarios municipales, como siempre tan “previsores”, deciden enviarles cartas documentos, a los titulares de Helena, la Caseta, La Reserva y La Lejana solo después de que el periodismo destapara la olla. Se curan en salud, como si el asunto de la deuda fuera culpa del viento y no de su falta de acción durante años. Tres años esperando que estos balnearios decidieran abrir la billetera… y ahora, como por arte de magia, aparece la carta de intimación de pago.
Lo mejor de todo es que, en lugar de centrarse en resolver la crisis económica que viven, los empresarios se sacan fotos con Scioli y demás figuras VIP del empresariado marplatense, incluido el propio Intendente (FOTO). ¡Una imagen lo cura todo! ¿Quién necesita solucionar problemas cuando puedes tener una foto de portada con los empresarios más “granados” de la ciudad? Eso sí, la plata sigue sin aparecer, y los guardavidas siguen cobrando con lo que queda de los ahorros de los contribuyentes, luego que la Municipalidad destinara dinero de otros “menesteres” para cumplir con esa obligación-
¿Y quién podría olvidar el detalle clave? A pesar de que los balnearios son tierras privadas, el municipio asumió el gasto del servicio de guardavidas… pero claro, en lugar de cobrar, los funcionarios decidieron hacer la vista gorda durante tres largos años. ¿O tal vez fue complicidad? Porque la deuda sigue creciendo, y lo único que se regulariza es el descaro.
En resumen, si alguien está esperando saber qué pasará con esta deuda, la respuesta es clara: nada. La historia continuará con una moratoria, muchas promesas y, por supuesto, muchas fotos de las altas esferas políticas que, mientras tanto, siguen disfrutando de sus fiestas, como si el dinero no estuviera en juego.
Miguel Avellaneda