Ricardo Auer: Conociendo al mileismo

No fue sólo la inflación y el agotamiento lo que llevó al actual presidente al poder. El 40% de la masa laboral no tiene un trabajo registrado y, es más crucial entre la población joven ya que casi el 60% no tiene jubilación, obra social y cobertura frente a despidos. El presidente habló de dolarización, pero nunca de empleo. Qué pasará.

El desajuste de la vida cotidiana por la inflación desmedida y tan prolongada en el tiempo exasperó los ánimos populares, y llevaron a Milei a la presidencia. Muestra el fracaso relativo del “modelo nac & pop” (CFK) y del “modelo neoliberal” (MM).
Pero no fue sólo la inflación. Entre el 2004 y el 2021 se observa una reducción significativa de la cantidad de las unidades productivas. El 84 % del aparato productivo argentino son cuentapropistas, básicamente monotributistas y 16 % son empresas y organizaciones de la sociedad civil. La estructura productiva de la economía argentina se compone de 73% de servicios, de los cuales el 43 % corresponden a comercio y transporte y 30 % son otros. Sólo un 27% son productores de bienes.
Las organizaciones registradas que dan trabajo (en unidades) son las siguientes (datos que varían según los años y las fuentes): Los cuentapropistas son aprox. 2.000.000, y dan empleo a unas 800.000 personas (muchas de ellas contratados en el Estado) (6% del total). Las ONG son aprox. 98.000 y dan empleo a 780.000 personas (6% del total). Las empresas con fines de lucro son aprox. 280.000 y dan empleo a 7.000.000 personas (50% del total). Sumando nos da un total de 8.580.000 empleos registrados (62% del total de trabajadores). Se estima que hay aprox. 5.200.000 (38% del total de trabajadores) con empleos no registrados (en negro), lo que hace un total de aprox.13.780.000 trabajadores. Se observa que las empresas constituyen la principal fuente demandante de empleo. Luego, lejos, las ONG y los cuentapropistas.
Las grandes empresas, que son sólo 3.500 unidades y con predominio las de capitales extranjero contratan el 43% del total privado; las medianas el 25% y las pequeñas el 22%; las microempresas sólo un 10%. El cuentapropismo predomina en los sectores prestadores de servicio. El 35-40% de los trabajadores no registrado (en negro) no tienen jubilación, obra social y cobertura frente a despidos.
Porcentaje que se incrementa aún más en las poblaciones más jóvenes y menos educadas, donde puede llegar al 60 %. Para todos ellos un mundo inestable e incierto. El voto juvenil a Milei no fue casualidad; fue consecuencia de esa frustrante realidad, sin esperanzas en un mundo mejor. Con el relato sólo no alcanzó.
A nivel regional los niveles de informalidad de la Argentina (del orden del 38%) se ubican por encima de Chile (27%), Uruguay (34%) y Brasil (36%), pero por debajo de otros países como Colombia (58%), Venezuela (58%), Paraguay (68%), Perú (69%), Ecuador (69%) y Bolivia (82%). Esta realidad, desde hace décadas en nuestro país, confirma nuestra lenta agonía ya que descendimos a los bajos índices de toda Sudamérica, desde los buenos y lejanos tiempos, que el pueblo aún recuerda.
Dejando de lado para este análisis cuestiones del aumento del crimen organizado, del narcotráfico, de la violencia en general y contra las mujeres en particular, hemos mostrado que la reducción de la creación de buen empleo, debido a la falta de la necesaria inversión que se expresó en la caída de las unidades productivas del sector privado, y que el mercado laboral se fue deslizando hacia el incierto universo del monotributismo y del trabajo informal o temporario, que no ofrece empleos de calidad y solo ofrece un horizonte cargado de incertidumbre.
El “Modelo de primarización y precarización” continuó su marcha por sobre los floridos discursos de las almas noblesque indicaban un “Modelo de Desarrollo con crecimiento de la industria y la innovación”, que la realidad no pudo mostrar. La población tuvo claro que habíamos entrado en un período de languidez y decadencia, sostenible a fuerza de medidas siempre provisorias. El pueblo eligió castigar aquella mala praxis. Hoy, las últimas encuestas muestran buenos resultados para el gobierno porque bajo la inflación; la gente lo votó para eso; cumplió esa promesa, independientemente del costo para lograrlo. El futuro dirá los resultados de estas decisiones.
Mapa de nuestra situación política
Volvamos a Milei. Su discurso electoral fue la “dolarización”, un significante económico que expresaba estabilidad y con la “casta” marcaba a los responsables y aprovechadores de la incertidumbre. Nunca habló de empleo ni de modelo de desarrollo con inclusión. Por el contrario, su ultraliberalismo sugirió que cada cual se arreglara como pueda. Su idea del futuro a largo plazo solo puede inferirse de sus discursos o reportajes o su participación en las redes sociales, ya que aportan ciertos indicios de su concepción estratégica. Pretende tener un liderazgo a nivel planetario; “la “causa” excede cualquier tema nacional; es simplemente demasiado grande como para darle espacio a aspiraciones personales”. Casi una “misión religiosa para el mejor gobierno de la historia”. Parafraseando a Lenin indica que “sin teoría revolucionaria, no puede haber un movimiento revolucionario” (mundial; no nacional, obviamente).
Milei ha sido caracterizado ideológicamente como un dirigente de la nueva derecha global, con un marcado acento libertario; como el mismo dice, anarco-libertario. Su liberalismo extremo abarcaría todas las actividades humanas, donde su “desprecio al Estado es infinito”. No es lo que piensa Trump, pero si lo que desea Elon Musk.
Sin embargo, sus promesas de campaña son relativas. Sus convicciones liberales se vuelven sospechosas y se diluyen frente a las indicaciones organizativas de verticalidad, obediencia al jefe e implacable castigo a los disidentes. No hay libertad de opinión; la falange reemplaza al debate de ideas; la organización y la disciplina son necesarias para que “triunfe” su verdad, que representa el bien en la lucha contra el mal, representado por los que simplemente se oponen a su verdad. Usa la agresión para despreciar el consenso que proviene del diálogo y las concesiones mutuas.
En realidad, nos está hablando de imponer una disciplina social utilizando el softpower de los algoritmos o el hardpower del de la represión “por otros medios”. Uno de los principales es el uso grosero de la billetera, como lo hacía “la vieja casta”, lo cual significa que desarticular sus principales cajas y quitarle sus privilegios al sistema político, para que paguen el ajuste, no entra en su verdadero plan. Su promesa de cambios desregulatorios de la economía quedó sólo en aumentar las tarifas de los servicios públicos y bajar los ingresos de los jubilados, a los que hay que sumar la caída del empleo en casi 200.000 puestos registrados.
Elude permanentemente castigar a los corruptos; defendió al senador “mochilero” Kueider, quien modificó su voto para aprobar la Ley de Bases; los diputados libertarios evitaron la sanción del proyecto de “ficha limpia”; los “fueros” de la política siguen intactos; los cambios en el régimen impositivo y fiscal terminaron en un nuevo blanqueo favorable a los evasores; las modificaciones electorales no tuvieron avances.
Su incompatibilidad con el nacionalismo de Trump, llama la atención. Su ataque indiscriminado sobre muy diversos espacios económicos, sociales y políticos, como los son los altos empresarios liberales de Davos, librando una supuesta batalla cultural contra la agenda progresista y para “rescatar” a Occidente, es extraña.
Milei quiere borrar datos de los que blanquearon
Su violencia verbal contra socialdemócratas, comunistas (casi en extinción), keynesianos; sindicatos; a la ONU; la OEA, tendría algún asidero ideológico. Pero el sistemático ataque al Estado Nacional; a los periodistas y a los medios tradicionales de comunicación (TV, diarios) nos ofrece una pista o nos conduce a descubrir quiénes son los verdaderos sostenedores de esa “verdad” que Milei tanto defiende: las empresas ultratecnológicas, con Musk a la cabeza, quienes si alientan un ultraliberalismo muy favorable a sus planes de expansión y de control social a escala planetaria. Mileiha argumentado que los medios tradicionales están en decadencia ante el auge de las redes sociales, en especial X (Twitter) y celebra el “espacio de libertad” y “sin censura” que, en su opinión, creó ElonMusk, el dueño del algoritmo.
Sus sentimientos y compromisos hacia la Argentina son mínimos. Se observa un desprecio por el futuro de la educación, de las universidades, del sistema científico tecnológico y de la salud pública; todos pilares de un verdadero modelo de desarrollo nacional. Además, su alineamiento automático con EEUU e Israel, debilitan y reducen la calidad de nuestra política internacional y nuestra defensa nacional.
Los casos más recientesde su política destructiva contra los intereses nacionales estratégicos son el llamado“Plan Nuclear” (que reduce a su mínima expresión el potencial científico nuclear argentino) y la venta a los desarrolladores inmobiliarios de un edificio clave para nuestros intereses soberanos en el ciberespacio y la prevención nacional de ciberataques, donde funciona el Comando Conjunto de Ciberdefensa, cabecera de una red fibra óptica exclusiva de las FFAA que conecta a sus principales dependencias mediante los servidores de ARSAT, empresa que también intentarán destruir.

Por Ricardo Auer (perfil.com)