“El teatro siempre va a estar, es eterno. Resiste a pesar de todo, de todos y a pesar de los gobiernos”, manifestó en diálogo con “el Retrato…” el reconocido actor y director Carlos Kaspar, a días de presentar “Hay que darle el gusto a mamá” en el Teatro Victoria. Sobre esta obra, expresó: “Es una comedia dramática que los espectadores van a relacionar con sus historias personales. Me pasó cuando la leí. Está buena para entenderse un poco y para repensar cosas que nos pasan en relación a nuestros padres”.
Con alegría, Kaspar reseñó: “Se trata de una comedia al mejor estilo de la comedia argentina, que tiene su lado dramático. Sofía del Mar es una gran vida del cine, de la televisión y el teatro, con proyección no sólo nacional, sino también internacional. Tiene dos hijas. Una que salió igual a ella, actriz y divina, y la otra es todo lo contrario. Las invita al sur para comunicarles una noticia muy importante y a partir de ese encuentro se desarrolla la trama”.
“Hay que darle el gusto a mamá” se presentará los lunes a las 22 en el Teatro Victoria, ubicado en Rivadavia 2380, y es obra de la actriz y dramaturga Mónica Salvador. “Cuando Mónica me la trajo, le dije: “Siento que el papel de la madre lo tiene que interpretar un hombre” y ella me respondió: “Justamente. Tenemos un actor que va a ser de la madre y es buenísimo”. Teníamos una coincidencia perfecta, y más con Eduardo Solá que es un gran transformista. Es un artista de primer nivel, y es un lujo tenerlo con nosotros”, confesó Kaspar.
“Todos tenemos asignaturas pendientes con nuestros padres”
Asimismo, el director destacó que la obra “Tiene llegada al espectador. Lo lleva de una punta a la otra de las emociones. Lo hace reír y también llorar”. Y profundizó: “Uno siempre linkea con la historia personal. Por eso, quería contar que, en mayor o menor medida, todos tenemos asignaturas pendientes con nuestros padres. En ese sentido, la obra cala hondo, con tonos muy risueños, e incluso desopilantes, pero también se pone nostálgica. Es un viaje, un mar de emociones”.
En este marco, señaló: “La respuesta de la gente en Buenos Aires fue muy buena. Las críticas fueron excelentes y nos entusiasmó mucho hacer temporada en Mar del Plata. Parte del elenco había hecho temporada en la ciudad en ocasiones anteriores, pero por casualidades de la vida nunca se me había dado antes. Va a ser mi primera temporada en Mar del Plata y en un doble rol, dirigiendo y actuando”. Así, reveló: “Estoy muy contento y es un honor compartir escenario con este elenco. Son artistas que respeto y quiero profundamente. Estar arriba de un escenario con ellos es un placer más que un trabajo”.
“Los artistas somos opositores por antonomasia”
Consultado por el rol del teatro en la sociedad actual, Kaspar alegó: “(Bertolt) Brecht lo decía muy claro: puede entretener y puede educar. Puede no educar, pero no debe nunca no entretener. En cualquier espectáculo en el que estoy involucrado, si una persona se fue pensando en lo que vio, la misión está cumplida”. Y detalló: “El artista es opositor, tiene una visión crítica del mundo. Nos hace reír, nos hace llorar, pero fundamentalmente nos hace vernos en un espejo. El teatro es ese espejo donde la cultura y la sociedad se miran”.
A su vez, analizó: “Más allá de la tecnología, que cada día nos invade más y más, creo que el teatro va a seguir siendo ese bastión, ese lugar donde se produce la magia. Donde hay personas que cuentan, personas que participan de esos cuentos y que entran en el juego de creer que todo lo que se está representando es verdad”.
“De las crisis siempre surgen cosas nuevas”
Por último, respecto al futuro del teatro argentino, Kaspar lamentó: “Desde el punto de vista gubernamental, el contexto cultural es desastroso. Y pareciera que la culpa la tenemos los actores. Es preocupante lo que está pasando con el INCAA (Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales) y a nivel industria”. No obstante, agregó: “Más allá de eso, rescato que siempre algo surge de las crisis. Los actores estamos acostumbrados a resistir. Pasó con Teatro Abierto en la dictadura militar. Pasó en el 2001 cuando cerraban salas de teatro y los actores interpretaban obras en el living de sus casas para pocas personas”.
“En este momento, los teatros están llenos. La gente sigue viendo y apoyando al teatro. Hay una necesidad de salir. Creo que tiene que ver con lo que nos dejó la pandemia, esa reminiscencia, pero el teatro siempre va a estar. Como decía Enrique Pinti, pasan los años, pasan los gobiernos y quedan los artistas. Y creo que es así”, concluyó.