El Colegio de Médicos de la Provincia de Buenos Aires – IX Distrito informó que este martes 3 de diciembre a las 11 en un hotel de la zona de Punta Mogotes se llevará a cabo el acto de celebración del Día del Médico.
En el encuentro se otorgará un reconocimiento especial a los doctores que cumplen 50 años de carrera médica: Roberto J. Aldinio, Héctor R. Alliney, Pedro Pablo Altamirano, Alberto L. Becerra, María Haydée Capra, Jorge H. Falcinelli, Osvaldo C. Moya, Ricardo R. Oubiña, Mabel Pomar, Jorge Sgromo, José Simonetti, Elvio Sisti y Ricardo M. Uriburu. También recibirán su medalla y diploma por 30 años de labor 97 profesionales.
Además se entregarán 49 diplomas a médicos jubilados en el último ejercicio y 65 diplomas a especialistas consultores y jerarquizados. Contará con la presencia de las autoridades del Colegio encabezada por su presidente, doctora Marta Inchaurrondo, y estará acompañada también por representantes de otras organizaciones médicas y académicas.
El Dr. Pedro Altamirano con 50 años de labor profesional se refirió a la actividad desarrollada por más de medio siglo de vida
La decisión de estudiar medicina
“La vocación por la medicina es esa atracción por lo que deseamos hacer, nuestra inspiración, nuestros sueños y anhelos. Es la forma en que nuestros valores y la formación como personas salen a la luz y son expresadas a través de la profesión elegida. En mi caso, viví desde niño el quehacer médico. Mi papá fue cirujano, y de los primeros recuerdos que tengo es el olor del éter cuando regresaba a casa, y los “paseos” nocturnos al hospital para controlar sus operados. Desde iniciado el secundario tuve esa fuerte inclinación por los temas biológicos y la Medicina en particular; lo demás es esfuerzo personal para conciliar la vocación, el ideal, con la realidad. Y tengo que decir que no me equivoqué en la decisión”.
Una vida consagrada a la atención de la salud
“Completé mis estudios de pregrado en la Universidad Nacional de Córdoba, donde me recibí en 1.974, tenía 23 años. Al año siguiente gané por concurso una Residencia de Cirugía de la Universidad Nacional de Córdoba, donde en 1.978 obtuve mi Diploma Universitario de Especialista en Cirugía. A fin de 1.978 me instalé en San Cayetano, donde sigo viviendo y he desarrollado mi actividad profesional, en años donde muchas veces estabas solo para la toma de decisiones, y pasé a hacer medicina general, no solo cirugías.
Ingresé como Médico de Policía en 1.982, eran otros tiempos, pero ya se veía el cambio de modelo del médico legista, así que obtuve el diploma de Médico Legista con los cursos del IX Distrito del Colegio de Médicos, que me permitió desarrollar esta actividad con buena formación. Y con la creación de las Policías Científicas se jerarquizó la tarea pericial, fui nombrado a jefe de Cuerpo Médico Necochea, y finalmente a director de la Policía Científica Necochea, donde terminé mi función policial. Además, llevo un largo tiempo como el delegado por los médicos del Partido de San Cayetano ante el Consejo Directivo del IX Distrito del Colegio de Médicos”.
La relación médico – paciente
“50 años son un buen tiempo como para poder hacer un balance, reflexionar sobre la actividad profesional del médico.
Yo vengo del viejo modelo de atención del médico como figura de autoridad, (que había que ganarla también). Pero, la sociedad cambió y también el médico. La salud es algo que siempre le interesa a la población, y siempre tratan de informarse, y las redes aportan mucha información de distinto valor. Los pacientes requieren más información, quieren saber más de posibles problemas o de diferentes tratamientos para sus problemas de salud, y eso significa mejorar las herramientas de diálogo, de comprensión para los problemas de la gente que viene a un consultorio, no importa sea particular o en un hospital. Hoy en día mucha gente está al límite, se exaspera con facilidad, y el médico no debe olvidarlo para poder lograr un buen rapport, una buena conexión con sus pacientes. En esto me ayudó mucho el estudio de la Bioética, y la práctica de sus Principios. Comprender que el paciente es un ser autónomo que puede no estar de acuerdo con nuestro quehacer, y puede tomar sus propias decisiones, y que en el diálogo podemos lograr que él mismo tome las decisiones más correctas para tratar sus dolencias”.
Un mensaje para las nuevas generaciones de profesionales de la salud
“Me suena un poco presumido dar un mensaje a las nuevas generaciones de médicos, pero sí les diría que sigan su vocación. Esta sigue siendo una hermosa profesión, a pesar del deterioro de la atención médica, de la figura del médico en la sociedad, y de la atención de la salud que sufrimos en todos los ámbitos, público, privado, y de las obras sociales.
Pero hay que tener claros los ideales de servicio que nos hacen decidir por la medicina. Es una forma de vida que involucra al ser humano, a su familia, a quienes retaceamos mucho tiempo por nuestra actividad, y a todos los cercanos. Es mucho lo que podemos aportar a un ser “paciente”, que sufre, y, aunque no lo podamos curar, podemos atender y acompañar su enfermedad. Les recordaría que el vocablo médico viene del latín y del griego, que significa entre otras cuidar, no solo curar y sanar, y esto es algo que a veces en el fárrago de la actividad profesional queda olvidado”.