Marcelo Fuster y la incertidumbre de todo el puerto ante cierre de la Escuela de Pesca

El ingeniero naval Marcelo Fuster, con 28 años de docencia, alerta sobre la incertidumbre que afecta a la Escuela Nacional de Pesca tras el anuncio de la Armada Argentina de desvincularse de su administración. Mientras los alumnos actuales podrán finalizar sus estudios, el futuro de la institución sigue siendo incierto.

La Escuela Nacional de Pesca ha sido una institución clave para la formación de capitanes y marineros en el puerto durante los últimos 50 años, bajo la administración de la Armada Argentina. Sin embargo, la reciente decisión de la Armada de desvincularse de su gestión ha generado incertidumbre tanto en el cuerpo docente como en los estudiantes. El ingeniero naval Marcelo Fuster, docente con una larga trayectoria en la escuela, advierte sobre los posibles impactos de esta medida y reflexiona sobre las alternativas que podrían garantizar la continuidad de la formación en el sector pesquero.

Fuster, quien ha dedicado 28 años a la enseñanza en la Escuela Nacional de Pesca, sostiene que la importancia de la institución es incuestionable. “Casi el 80% de los capitanes del puerto fueron alumnos míos”, comenta, destacando su profundo vínculo con la formación de profesionales en el ámbito pesquero.

Respecto a los rumores de cierre, Fuster aclara: “La Escuela Nacional de Pesca no se puede cerrar. La Armada no ha dicho que la va a cerrar; lo que la Armada ha expresado es que considera que ya no está en condiciones de capacitar a personas para la pesca que, luego, se van al ámbito civil en lugar de quedarse en la Armada. Hace 50 años que esto sucede, y recién ahora es fuerza se dio cuenta de que quienes asisten a la Escuela de Pesca son civiles. La idea es que se desliguen del funcionamiento y la administración que ha tenido durante estos 50 años”.

En relación a la existencia de escuelas privadas, Fuster explica que desde 1994 es posible crear instituciones educativas privadas para capacitar a marinos mercantes, siempre que cumplan con la normativa vigente. “Cualquiera puede abrir una escuela si cumple con la reglamentación correspondiente. Escuelas privadas ya ha habido; de hecho, yo he dado clases en algunas. Por ejemplo, CESMA, que fue fundado por la Asociación de Capitanes, es una opción legal y no compite directamente con la Escuela de Pesca”, señala.

Sin embargo, la incertidumbre sigue siendo el principal motivo de preocupación para la comunidad educativa. Los alumnos que actualmente están cursando podrán completar sus estudios, pero, como menciona Fuster, “lo que ocurrirá después es el mayor drama: la incertidumbre. Eso es lo que más nos preocupa”.

Ante esta situación, Fuster propone una solución alternativa: “Se podría crear una especie de terciario con un consejo de administración y un rector. Esa podría ser una vía a seguir. Hasta ahora, la única propuesta que existe es la de la Asociación de Capitanes, quienes se harían cargo de la administración, pero solo de la capacitación de la gente de la conducción del buque. Proponen dividir el buque en tres áreas: marineros, conducción de cubierta y maquinistas. Los maquinistas se capacitarían en Buenos Aires, mientras que los marineros serían capacitados por Prefectura, como ocurre hasta ahora”.

A pesar de esta propuesta, Fuster no está de acuerdo con esa visión fragmentada: “Para mí, la escuela debe ser integral, ya que los buques de pesca tienen características particulares y únicas”, insiste.

En resumen, la incertidumbre es el sentimiento que predomina en torno al futuro de la Escuela Nacional de Pesca. “No saben qué van a hacer, y la Armada tampoco. Eso es lo que más inquieta”, concluye Fuster. A pesar de no tener una respuesta definitiva sobre el destino de la institución, su vasta experiencia en la docencia y la industria pesquera le otorgan autoridad para expresar su opinión. “Soy solo una opinión más, pero 28 años de docencia me respaldan, así como mi experiencia en la industria pesquera, donde he trabajado toda mi vida”, finaliza.