“El básquet es familia, quien así no lo entienda, no puede entrar nunca más a una cancha” firmaron a través de un comunicado de prensa que rubricaron los titulares de Peñarol y Quilmes , el que fue leído antes de la conferencia de prensa brindada a consecuencia de los bochornosos hechos sucedidos a minutos del final del clásico la semana pasada.
En el documento señalaron textualmente:
Nuestros clubes vienen trabajando mancomunadamente para poner en valor este deporte familiar. que tiene nuestro clásico el máximo exponente del Vázquez Nacional. Veinte delincuentes no pueden estar por sobre el sentir de miles de hinchas y espectadores que el viernes pasado se acercaron a disfrutar del espectáculo que hago clubes que viene sosteniendo para la difusión y posicionamiento de nuestra plaza como la Capital Nacional del Básquet. Debido a esto hemos decidido presentarnos en la Fiscalía para hacer la denuncia correspondiente a los efectos de que estos inadaptados tengan que hacerse cargo del daño que su accionar hace a nuestro deporte y sus instituciones.
De la misma manera nos pusimos a disposición de la Aprevide para su identificación y expulsión de cualquier campo del juego. Nuestros clubes hacen un esfuerzo titánico para sostener esta actividad en la Liga Nacional trabajando en conjunto con sponsors en la asociación de clubes institucionalmente. Nuestra rivalidad es solo deportiva y entendemos que el trabajo en conjunto nos potencia.
La campaña contra la violencia en el deporte es nuestro principal lema y el ejemplo más claro es el respeto que tenemos hoy entre dirigentes, jugadores, cuerpos técnicos de ambas instituciones. Es por eso que no podemos permitir que este trabajo diario se vea empañado por estos irresponsables cuyas conductas no son las que inculcamos en este deporte con el agravante de que las mismas fueron televisadas a todo el país. El clásico es una sana rivalidad donde a veces nos toca ganar y otras perder.
El basquet nada tiene que ver con la cultura del aguante que se ven en otros deportes. El basquet es familia, quien así no lo entienda, no puede entrar nunca más a una cancha. Repudiar lo sucedido no es solo un deber de Quilmes y Peñarol, sino de toda la sociedad en conjunto.