El Gobierno le abrirá las puertas a la importación de bicicletas en los próximos días. Esto se materializará luego del anuncio de la Secretaría de Industria y Comercio, dependiente del Ministerio de Economía, anunció que derogará los reglamentos técnicos de bicicletas, cámaras y cubiertas próximamente, buscando simplificar la comercialización de estos productos.
Afirman que esta iniciativa apunta a fomentar la libre competencia y reducir costos innecesarios que han encarecido el mercado local, pero que sin duda significará un duro golpe para aquellos que las producen en el país.
Una historia que ya se vivió en loos ’90 y obligó a cierre de innumerables pyimes nacionale.
Cabe destacar que hasta el momento, las normas establecen que los importadores o comercializadores deben certificar las plantas de producción en origen una vez al año y ensayar los productos mediante muestras.
Desde el Gobierno se ha enfatizado que dichos procedimientos elevan los costos y demoran la entrada de bicicletas al mercado local, lo que, en definitiva, incrementa los precios a los que acceden los consumidores. Eso justamente se eliminará con la nueva medida, que no exigirá el envío de muestras para su certificación, lo que reducirá significativamente los tiempos y los costos asociados al proceso de importación.
Altos precios y bajo nivel de importaciones
En el comunicado oficial del Gobierno nacional, se indicó que Argentina se posiciona como el segundo país con bicicletas más caras en comparación con otras economías como Inglaterra, Estados Unidos, España, y Brasil.
Para clarificar esto, se señaló el ejemplo del modelo Mountain Bike rodado 29, que se vende en el país por $549.000, mientras que en Francia su precio es de $261.485 y en Estados Unidos alcanza los $244.333 (convertido a pesos argentinos).
Además, Argentina es el cuarto país de América Latina con menos importaciones de bicicletas en relación con su consumo. Solo el 10% de las bicicletas comercializadas en el país provienen del exterior, lo que demuestra la dependencia de la producción local, que no ha logrado compensar la demanda ni ofrecer precios competitivos.
Al eliminar los reglamentos técnicos, se espera que los importadores puedan acceder a productos con precios más bajos, a la vez impulsando una mayor variedad de modelos en el mercado.