“San Cayetano, amigo del pueblo, danos un corazón solidario” fue lema del mensaje de monseñor Ernesto Giobando, administrador apostólico de la diócesis de Mar del Plata, al presidir la misa de San Cayetano ante miles de fieles. Durante la ceremonia, hizo un llamado a los políticos para que “estén al servicio del pueblo”.
En su homilía Giovando afirmó textualmente:
Quisiera tomar tres bienaventuranzas del Evangelio de hoy: “Felices los que tienen almas de pobres, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos; felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados; felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia”.
La Intención del Papa Francisco para este mes de agosto nos ayuda para celebrar esta fiesta de San Cayetano, es como una petición para vivir el lema elegido para este año.
“Oremos para que los líderes políticos estén al servicio de su pueblo, trabajando por el desarrollo humano integral y el bien común, atendiendo a los que han perdido su empleo y dando prioridad a los más pobres”.
Los santos están al servicio de Dios y de su Pueblo. San Cayetano no es un político, en el sentido peyorativo que lamentablemente hoy se da a esta palabra. San Cayetano es un santo y nos da ejemplo de cómo hay que servir, especialmente a los más pobres. San Cayetano fue un hombre generoso y desinteresado. San Cayetano se la jugó por los más abandonados, los salió a buscar, se los puso al hombro. Llevaba comida y cuando faltaba la multiplicaba, iban a buscar al canasto de las donaciones y siempre había pan.
Ese pan que hoy está faltando en la mesa de muchos hogares. Y si había pan en el canasto es porque alguien anónimamente lo dejaba, porque hay mucha gente generosa que ayuda a los demás sin que su mano izquierda sepa lo que hace su derecha. San Cayetano como tantos otros santos no pedía para sí, sino para los pobres. Hoy le pedimos a San Cayetano el pan para la mesa de los hogares más humildes, hoy pedimos que seamos generosos en la ayuda y en la entrega de alimentos, lamentablemente está creciendo el número de chicos desnutridos, nos debe dar dolor y vergüenza: “no es posible hoy morirse de hambre en la tierra bendita del pan”.
El Papa pide que los políticos trabajen para que otros puedan conseguir un trabajo digno: cuando se trabaja por el desarrollo humano integral y el bien común, los políticos y la política adquiere ese rostro de dignidad que tanto necesitamos: políticos que trabajan para dar fuentes de trabajo dignas, gastan su tiempo y energías para que otros, la sociedad, pueda vivir mejor. San Cayetano es el patrono de los trabajadores, intercede para conseguir trabajo, y es el patrono de aquellos que dan trabajo, y de aquellos legisladores que promulgan leyes justas y equitativas, donde no se privilegie a unos pocos y hundan en la miseria al resto.
Atendamos a quienes han perdido el empleo, no les digamos que vayan a Caritas y no sabemos qué días atienden. O van a una oficina y está cerrada hace meses. Si pudiésemos experimentar en carne propia la maratón que miles y miles de argentinos realizan cada día en busca de trabajo, creo que dejaríamos de decir con tanta frivolidad: “¡Son unos vagos, no laburan porque no quieren!” Atendamos a nuestros hermanos y hermanas desocupados, al menos prestémosle el oído y si podemos démosle una mano, esa mano que le damos no se olvida, Dios no la olvida.
Dando prioridad a los más pobres: esa fue la opción de San Cayetano, amigo de Dios y de los pobres. Estar cerca de los más pobres no es hacer demagogia, o usarlos con fines electorales, estar cerca de los pobres es conocer sus luchas, sus dificultades, también sus sueños. Estar cerca de los pobres no solo para decirles que aguanten, sino también para saber sus nombres, compartir sus pesares y darles un abrazo. Así hacían los santos y no tenían vergüenza, sino dolor y un corazón lleno de misericordia…un corazón solidario.
Finalmente les quiero compartir la inmensa alegría de tener hoy a Santa Mama Antula, la primera santa argentina que el Papa Francisco canonizó este año. Mama Antula nos trajo a estas tierras la devoción a San Cayetano, ella le tenía una profunda confianza, era para ella, como lo es para nosotros y gracias a ella el “patrono de la providencia”. Mama Antula también fue amiga de Dios y de los pobres, llevándolos a hacer Ejercicios Espirituales, abriendo siempre lugares para las mujeres más desprotegidas, dándoles techo y dignidad. Ella nos trajo a San Cayetano por eso todos juntos decimos: “San Cayetano, amigo del pueblo, danos un corazón solidario”. Que seamos pobres de corazón, que tengamos hambre y sed de justicia y que practiquemos la misericordia, así entonces seremos felices, como los santos y santas del cielo. Que así sea.