El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, convalidó este martes las elecciones del pasado domingo en Venezuela, al asegurar que se trató de un proceso “normal y tranquilo”.
“Fue un proceso normal y tranquilo” y “es normal que haya una pelea”, sostuvo sobre las protestas que se están produciendo en todo el país, desde que Nicolás Maduro se proclamó vencedor en los comicios.
Sus declaraciones se produjeron luego de dos días de silencio en los que se especuló sobre la postura que adoptaría, dado que, antes del domingo, el Gobierno de Brasilia había tomado distancia del régimen y lo había instado a que respetara los resultados.
En ese sentido, Lula sostuvo que está bien que “las personas que no están de acuerdo tengan derecho a expresarse y a probar por qué no están de acuerdo, así como el Gobierno tiene derecho a probar que tiene razón”, por lo que instó al Consejo Nacional Electoral a que “presente las actas” para que, si hubiera dudas, la oposición apele ante la Justicia.
Sin embargo, destacó, lo que sea resuelto entonces “tendrá que ser acatado por la gente”. “Todos tenemos la obligación de reconocerlo”, agregó.
Asimismo, el mandatario brasileño aprovechó su diálogo con la cadena TV Globo para cargar contra la prensa y su cobertura de los hechos que desde el domingo se están produciendo en el país centroamericano, donde miles de personas tomaron las calles en señal de protesta y las fuerzas de seguridad del régimen respondieron con una represión que dejó ya 11 muertos.
Los medios “tratan esto como si fuera una tercera guerra mundial”, comenzó diciendo al respecto antes de sumar que lo que está sucediendo en Venezuela “no tiene nada grave, nada que asuste”.
Más temprano este martes, el Partido de los Trabajadores, del que Lula forma parte, extendió su respaldo a la dictadura y reconoció también su reelección. “El PT saluda al pueblo venezolano por el proceso electoral ocurrido el domingo, en una jornada pacífica, democrática y soberana”, indicaba una nota de la Ejecutiva Nacional de la agrupación.
El escrito agregaba que, ante las acusaciones de fraude suscitadas, confiaba en que el CNE “que promulgó la victoria del presidente Nicolás Maduro”, dará tratamiento respetuoso a todos los recursos que reciba, en los plazos y en los términos previstos por la constitución.
Por último, pidió al oficialismo que mantenga diálogo con la oposición para superar los problemas del país, que atribuyó a las “sanciones ilegales”, y aseguró que se mantendrá abierto a asistir en este proceso.
“El PT se mantendrá vigilante para contribuir, en la medida de sus fuerzas, para que los problemas de América Latina y el Caribe sean tratados por los pueblos de la región, sin ningún tipo de violencia o injerencia externa”, concluye la nota.
Mientras desde Brasil llegaban estos pronunciamientos, la Unión Europea manifestaba su preocupación sobre la situación en Venezuela y pedía al organismo electoral a que “facilite el acceso inmediato a las actas de todas las mesas electorales” de los comicios que, según la oposición, aseguran la “irrefutable victoria de Edmundo González Urrutia”, con cerca del 70% de los votos.
“Hasta que se publiquen y verifiquen las actas, los resultados anunciados no podrán ser reconocidos”, advirtió el alto representante del bloque para Política Exterior, Josep Borrell.
En tanto, desde la Casa Blanca reiteraron su preocupación por la falta de respeto a la voluntad ciudadana y la carencia de datos “completos, transparentes y detallados”. “Hay claras señales de que los resultados electorales anunciados por el Consejo Nacional Electoral de Venezuela no reflejan la voluntad del pueblo venezolano tal como se expresó en las urnas”, algo que también se vio reflejado en la reacción del régimen, con represiones violentas, secuestros y detenciones arbitrarias, y expulsión de diplomáticos del país, sostuvieron desde el Ejecutivo de Joe Biden.