“Mar del Plata tiene mucha cultura de feria”, afirmó Tomás Maglione, coordinador de la Feria del Buen Vivir, en diálogo con “el Retrato…”. Asimismo, manifestó: “además de acercar alimentos frescos y de calidad, queremos generar conciencia y promover la discusión sobre la regulación de precios y de la buena alimentación”.
En este contexto, Maglione subrayó: “desde el año pasado, vemos que las familias marplatenses y batanenses han tenido que ajustarse muchísimo en lo que consumen, en las salidas, y también en la comida”. En esta línea, precisó: “de 1200 clientes del año pasado, ahora estamos en 2000 en la carnicería. Sin embargo, vendemos 75% menos kilos de carne. Con casi el doble de clientes, vendemos menos”.
La Feria del Buen Vivir logró establecer sus precios por debajo de la media local. Así, respecto a la carnicería, se encuentran cortes desde 3999 pesos, como el asado y bife de costilla, hasta 5499, como la bola de lomo, cuadrada y tapa de asado. A su vez, la feria también cuenta con la posibilidad de abonar con Cuenta DNI y beneficiarse con su descuento del 40% en Mercados Bonaerenses.
“Hemos alcanzado nuevos mínimos históricos”
“No solamente hemos mantenido precios bajos, sino que en los últimos tres meses hemos alcanzado nuevos mínimos históricos, porque hemos realizado muy buenos acuerdos con productores y distribuidores. Por eso, estamos en unos precios que prácticamente no existen en Mar del Plata”, indicó Maglione. Asimismo, analizó que “el ajuste de los sueldos de los trabajadores, se profundiza con el 70% de inflación”. Así, subrayó: “estamos en el medio del consumo más bajo de carne en los últimos 100 años”.
Este miércoles la Feria del Buen Vivir estará en avenida Juan B. Justo y Salta, frente al Polideportivo Islas Malvinas. El jueves en Colón y Marconi, el viernes en las puertas de SMATA, en avenida Independencia y 9 de julio. Por último, durante el fin de semana, el sábado estará en Acantilados y playa Los Lobos y el domingo en la plaza principal del barrio Belgrano. Además, Maglione adelantó que la feria está en conversaciones para llegar a otros barrios como Félix U. Camet y Las Lilas.
Así, manifestó que los vecinos consultan cuándo y dónde estará la feria. “Desde instituciones, sociedades de fomento, clubes, sindicatos nos solicitan ir a diferentes lugares. Tratamos de prepararnos de la mejor manera para poder llegar. Eso implica que todo el barrio sepa. Con fondos propios, volanteamos antes de ir para que todos los vecinos sepan qué días y en qué horario estamos”.
En esta línea, Maglione indicó: “la zona del Complejo Universitario nos sorprendió mucho. Los martes estamos en Dean Funes y Rodríguez Peña para trabajar con los docentes, no docentes y estudiantes y sucedió que vendemos más a los vecinos del barrio que a la comunidad universitaria. Se acerca el doble de gente de la que esperábamos”.
“Cada zona prefiere productos distintos”
Por otro lado, detalló que “hay barrios donde les gusta más el pescado, hay otros que consumen más fruta y verdura. El consumo de carne si es parejo en todos los barrios. Es nuestro caballito de batalla”. Aun así, reflexionó “es impresionante que en Mar del Plata tenemos la cultura de no comer pescado. Es inexplicable. Aunque tal vez hay una pequeña explicación: la cultura pesquera empresarial en nuestra ciudad está muy orientada hacia la exportación”.
En contraposición, señaló que “el trueque nunca se fue, pero ahora se ve mucho más instalado. Hasta el año pasado, ciertas transacciones eran por dinero y ahora se intercambia un vacío por una cubierta o un costillar por un criquet”.
“Queremos generar conciencia y promover la discusión”
En este sentido, Maglione expresó que “la Feria del Buen Vivir trata de dejar los mayores saldos comunitarios, respecto al consumo de alimentos frescos y de calidad, y orgánicos, en cuanto a lo social, en Mar del Plata. Además, la ciudad y el país se deben la discusión de regulación de precios y de la buena alimentación. Tenemos tendencia a alimentarnos mal, y hay muchos casos de malnutrición. Los procesos políticos y los gobiernos afectan directamente la comida y la panza de nuestros pibes y abuelos. En esas etapas de la vida, es muy peligroso”.
Por eso, “queremos generar conciencia sobre eso y promover la discusión. No puede ser que cuatro o cinco cadenas internacionales nos estén definiendo el valor de la canasta básica, y que alguien en Estados Unidos establezca cuánto vale juntarse a comer un asado con tus amigos, cuando no tiene nada que ver con la producción que tenemos en el país”.