A 60 años: hazañas del Club Unión con los pibes; las memorias del “Profe” Julio Santella

Cerca de cumplir 80 años, el célebre “Profe” Julio Santella escribe sobre recuerdos de su paso por el querido Club Unión de Mar del Plata, a pedido de familiares y amigos. El que escribe -la cultura popular marplatense, une- recoge testimonios
Hijo de italianos, ancestros dedicados a la construcción en la fuerte inmigración de la
post guerra en Europa -hubo 45 millones de muertos- en Mar del Plata, zona de “La Perla”, el matrimonio Santella instaló un hotelito para el turismo.
Los años´40/50 transformaron “la Perla del Atlántico” que pasó de “la Biarritz” a una Ciudad turístico con impactante turismo social. De balneario agreste al despegue con
la edificación horizontal.
Julio Santella creció con Mar del Plata. De aquélla de los 200 mil habitantes en los´50
de inviernos con escasas atracciones -la televisión llegó, fines 1960- el club de barrio significó el ámbito natural. Unión en cercanías de la “Estación Vieja”, hizo el resto
José Luis, el periodista de oficio, sos vos. Dejo recuerdos, anécdotas, pedidos de los
los Cabarcos, parte de mí familia, de Marcelo Oliver, dos generaciones en Unión. Lo
mismo otros sobrevivientes de pasado glorioso. Dale forma vos”, decía el mensaje.
El Club Unión fundado en 1926 como la mayoría de los clubes marplatenses. Los
tiempos de Quilmes, Atlético Mar del Plata, Gral. Mitre, Kimberley, San Lorenzo, San
Isidro, Gral. Urquiza, Alvarado, algo más joven, en el orden futbolero local.
Santella en su memoria viajó a 1964, unos 60 años atrás. “En el básquetbol Unión produjo la hazaña cuando ganó la final del Torneo, Primera, al poderoso Quilmes
con valores juveniles y todo el talento del “Potrillo” (Juan Carlos) Duhalde”, dice.
“Mar del Plata tenía dos generaciones de jóvenes valores en los deportes populares
Los clubes, como las escuelas, expresaban la cultura popular. No existía la televisión
La computadora estaba lejos. Las relaciones humanas se alimentaban con el deporte”
En el básquetbol, además de Duhalde, heróico en la final donde todos decíamos que la había ganado él, estaban el armenio Carlos Paklayán, Calomeni, juvenil Norberto Fresno, además de Archetti que llegó de la Capital Federal”, repasa.
“Un “Barón” de Supervielle, sin título de nobleza. Pronto llegaba el “crack” Carlitos Carrascou, también en fútbol Unión tenía pibes. El “Cholo” Ciuffardi, “9” goleador, los hermanos Bruschetti, Atilio y Rubén. El mejor el “Negro” Porta. Pegada, gambeta”
“En el´64 “wing” derecho, rápido, encarador, teníamos a Hugo Moyano, 19 años.
Atrás Luia Rodríguez, el “Chimango” Doglioli. Le hicimos un gran partido a Alvarado
también con juveniles, al cabo campeón en el Ascenso”, evoca.
“Mí medida el “5” de corte y buen pase. Sin gran pegada, pero metedor. Me vino a buscar Estudiantes de La Plata. Integré la recordada “Tercera que mata” siendo el
suplente de Carlos Pachamé. Aquí, 1965″, describe.
“Una rotura de ligamento rodilla derecha me sacó durante un año. Ya estaba el gran
Osvaldo Zubeldía en Estudiantes. Una tarde me dijo “Por qué no te metés en el profesorado de Educación Física. Así no es tan larga la espera. Un Maestro”, afirmó
“En el Instituto del Profesorado de San Fernando, tiempos de los hermanos Jorge y Enrique Kistenmacher, también los hermanos Jorge y Enriqiue Daguerre, el “Profe”
Weber con el que 30 años más tarde iniciados la Asociación de Profesores”, resume
“Los años´70, difíciles para la familia. Hugo, mi hermano, estudiaba en La Plata. En la
Facultad de Arquitectura. Militante de “izquierda”. Estuvo detenido durante toda la dictadura militar. Se hizo larga la espera del arquitecto Santella” explica.
“De aquél “5” de Unión no quedó nada. El curso de Profesor de Educación Física me cambió la vida. Siempre el fútbol como eje desde la pasión del pibe hincha de Boca
en el´54, pegado a la radio, vivía los domingos tristes de Mar del Plata”, remite.
“Tuve el enorme privilegio de estar con técnicos consagrados. Desde Alfio Basile, el popular “Coco”, Juan Carlos Lorenzo, popular “Toto” y el gran Carlos Bianchi. Tuve
suerte de ganar “Copas”, Mundiales, Vélez y Boca. Ciclos inolvidables”, sostiene.
“Boca me honró con el nombre y apellido míos en el Gimnasio de La Bombonera, un
hermoso busto que me lleva a uno de mís tíos, muy boquense, el que me traía a ver
los partidos en la Catedral de La Boca”, se enorgullece.
Las anécdotas que te gustan. La del arquero que descolgó el centro y en el arco del sol fue a buscar la gorra y entro al arco con la pelota. O aquél gol que hice frente a
Alvarado, el 2 a 2 postergando el festejo una semana”, sigue.
“Ibamos en un colectivo de Línea, Compañía La Explanada, de uno de los directivos
del club. En el bondi el vestuario. Primera B. 1964. Mataderos. Si ganaba Alvarado había vuelta olímpica. El conductor, un gran tipo apodado “Cacho”
“Le pegué desde fuera del área de ellos. Minuto 41 ST el 2 a 2 y Alvarado sin fiesta
Me abrazan todos en un costado. Qué hacen, les digo. Que Cacho ponga el micro en marcha y salgamos. Estamos arruinando la fiesta” en testimonio memorable
Santella sobrevivió a una difícil intervención quirúrgica. Vive con su familia, en un matrimonio de algo mas de medio siglo. Pablo su hijo Profe como el padre. En Boca como el padre. La hija en EE.UU. casada con Federico Higuaín. Feliz con sus nietos
“Fijate si te sirve todo esto” dice con la humildad de siempre el gran Julio. Alguien
que honra el deporte de Mar del Plata. A los 80 con el espíritu ganador de siempre.
Por: José Luis Ponsico