En las últimas horas, el presidente de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados de la República Argentina (CICCRA), Miguel Schiariti, advirtió que el consumo local de carne vacuna alcanzó su nivel más bajo en los últimos 30 años, y remarcó que todos los frigoríficos entraron en alerta frente a los números rojos en las empresas.
En ese sentido, el titular de la CICCRA explicó que la caída del consumo de carne vacuna se debe a la pérdida del poder adquisitivo de gran parte de la población del país, que afectó no solo la compra de carnes sino también de otros alimentos básicos. Según los economistas, los ingresos de los últimos seis o siete meses disminuyeron un 13%.
En declaraciones radiales, Schiariti destacó que, a diferencia de crisis anteriores, los consumidores recurrieron a productos sustitutos más baratos, como el pollo y el cerdo. “El consumo de carne vacuna cayó, pero también el de alimentos en general. La pérdida del poder adquisitivo afecta a todos los productos de la canasta básica”, explicó el líder de la CICCRA.
Además, Schiariti señaló que en comparación con la crisis de 2001, donde la carne vacuna era reemplazada por hidratos como fideos y lentejas, en este momento los consumidores opraron por proteínas más económicas. “Con el precio actual de un kilo de carne vacuna, que ronda los siete mil quinientos pesos, se pueden comprar tres kilos de pollo o dos kilos de pulpa de cerdo”, detalló el titular de la CICCRA.
A pesar de esta tendencia, Schiariti subrayó que la industria frigorífica vacuna mostró signos de mejora en mayo en comparación con el mes anterior. Sin embargo, la actividad aún está por debajo del nivel registrado el año pasado. Esto se debe a factores climáticos que llevaron a una liquidación de vientres y a la venta anticipada de hacienda, que impactó de manera directa en la disponibilidad de animales para faenar este año.
Es preciso recordar que, a mitad del mes pasado, la CICCRA publicó un informe que advertía que el consumo de carne vacuna en el país había caído un 17,5% en el primer cuatrimestre del 2024, y llegó a ser el peor registro de ventas en carnicerías de venta minorista y frigoríficos de los últimos 30 años.
En ese sentido, el relevamiento de la CICCRA precisaba que el consumo aparente de carne vacuna habría totalizado 663,4 mil toneladas res con hueso entre enero y abril, lo que significa unas 141,1 toneladas menos que los primeros cuatro meses del año pasado. Además, el reporte de mayo arrojó que “con estos guarismos, la compra de carne vacuna por habitante habría sido equivalente a 42,4 kilos por año, un 18,5% menor al registrado en igual lapso de 2023”.
De esta manera, al igual que en la medición anterior correspondiente al primer trimestre del actual calendario, el consumo de carne vacuna sufre una caída histórica, lo que se refleja como el registro más bajo de las últimas tres décadas. En relación a la variación de precios en el contexto de alta inflación que tiene fuerte injerencia en el descenso de las compras, el informe de la CICCRA aportó que durante abril el costo promedio de las carnes y derivados se ubicó entre los que menos subieron.