El presidente Javier Milei volvió a compararse con Terminator, el personaje cinematográfico protagonizado por Arnold Schwarzenegger que viaja desde el futuro para alterar el presente a través de asesinatos y destrucción, en una entrevista con la compañía de medios estadounidense The Free Press en la que aseguró venir de un “futuro apocalíptico” para evitar la existencia del socialismo.
“No hace falta que el mundo tenga que sufrir semejante debacle para escapar de las ideas del socialismo. Yo vengo de un futuro apocalíptico para evitarlo. Algo así como la historia de Terminator. Bueno, de hecho Schwarzenegger es libertario“, dijo el ultraderechista en la entrevista publicada este jueves.
En febrero, tras el fracaso de la Ley Omnibus, el mandatario ya se había comparado el distópico personaje de la película de James Cameron, mediante la publicación de una foto hecha con inteligencia artificial que lo mostraba a él como Terminator junto a la frase intimidatoria “Casta la, baby”
“Una criatura extraña e idiosincrásica”
Al presentar la entrevista que se publicó este jueves, el medio estadounidense definió a Milei como una “criatura extraña e idiosincrásica”.
“Hay cosas obvias: dice que no se peina (y parece que no lo hace). Tiene cuatro mastines clonados a los que se refiere como sus ‘hijos de cuatro patas’, y que llevan el nombre de sus economistas de libre mercado favoritos. Fue criado como católico, pero estudia la Torá (incluso citó un Midrash durante nuestra conversación)”, señaló el medio como algunas de las características que hacen al presidente argentino un personaje “extraño”.
Además, siguió The Free Press, “solía tocar en una banda de covers de los Rolling Stones. Y ha sido conocido desde la escuela primaria en los años 80 como El Loco , debido a sus arrebatos, que luego lo llevarían al estrellato como celebridad de la televisión, la radio y las redes sociales”.
“Pero eso es todo lo superficial. Lo que realmente hace que Milei sea inusual es que es el tipo de animal que puede arruinar cualquier fiesta“, advirtió el medio estadounidense. Y ejemplificó: “En un mundo de liberales y conservadores, él no representa a ninguno de los lados. Es ultraliberal en economía, pero de derecha y populista en retórica. Está en contra del aborto, pero está a favor de la legalización de la prostitución. Quiere desregular el mercado de armas y legalizar el comercio de órganos“.
A su vez, indicó el medio, “se autodenomina anarcocapitalista, lo que básicamente significa que cree que el Estado es ‘una organización violenta que vive de una fuente coercitiva que son los impuestos'”. Es decir, “es un jefe de estado que realmente no cree en los estados“, se sorprendió la periodista.
“Occidente está en peligro”
En la entrevista con The Free Press, Milei volvió a repetir su diatriba hacia el socialismo. “El socialismo ha ganado la batalla cultural. Equivocadamente, los liberales o libertarios creímos que con la caída del muro (…) el socialismo estaba literalmente muerto. Sin embargo, se reagrupó en el Foro de San Pablo, trasladó la lucha de clases que planteaba el marxismo originalmente al resto de los aspectos de la sociedad y con una estrategia a lo Gramsci se metió en los puestos del Estado, en la educación, en los medios de comunicación y en la cultura. Y de esa manera dieron la batalla cultural y la ganaron. No porque fueran mejores que las ideas de la libertad, sino por el propio hecho que los libertarios no hemos dado la pelea“, explicó el mandatario.
Hoy en día, siguió el ultraderechista, “la izquierda es tan fundamentalista que en mi país y en otros países, personas de izquierda aún con orígenes judíos están del lado de los terroristas y hasta condenan al propio gobierno de Israel por hacer uso de su legítima defensa. Y eso es una consecuencia de que los libertarios no hemos dado la batalla cultural. Por eso dije en Davos ‘Occidente está en peligro’“, agregó Milei, quien se presentó ante la entrevistadora como quien viene a dar esa batalla.
En ese sentido, aseguró que en Argentina se está dando un cambio de época “a partir de que la gente interpretó y asimiló que todos los atajos del populismo y el socialismo no funcionan”, lo que le genera optimismo para el devenir del resto de los países. “Mientras estamos haciendo el ajuste fiscal más grande de la historia de la humanidad (…), cada vez que voy a un acto con mi ministro de Economía es ovacionado. Y si miramos mi imagen es más alta que cuando asumí, a pesar de estar haciendo este ajuste. Es más, la aprobación de la gestión también ha mejorado. Y no solo eso: si hoy fuéramos a una elección, estaríamos en condiciones de sacar el 60% de los votos”, afirmó el ultraderechista, sin mencionar las críticas constantes que recibe su gestión por parte de otra gran parte de la sociedad argentina.
“Yo no tengo porqué lidiar con las emociones”
En otro tramo de la entrevista, la periodista de The Free Press le preguntó sobre lo que sentía el pueblo argentino ante la imposibilidad de comprar alimentos debido al descontrolado aumento de precios de los últimos meses. La respuesta del ultraderechista la dejó concertada: “Yo no tengo por qué lidiar con las emociones. Yo hablo de números y de realidad, no de emociones“, le contestó el presidente.
Luego ensayó una extraña explicación, poniendo como ejemplo un artículo de lujo, cuando la periodista estaba preguntando por un derecho básico, la alimentación: “Una persona supongamos que tiene un Lamborghini, entonces ¿Cuáles son las emociones de quien tiene un Lamborghini? No lo sé, porque probablemente si está en un lugar muy pobre puede ser que se sienta muy bien con su Lamborghini, pero si vive en un lugar donde todos tienen 15 Lamborghinis se siente miserable. Entonces no puedo lidiar con las emociones, solo puedo lidiar con la realidad”.
La entrevistadora, sorprendida, le dijo que ella estaba hablando de gente que no puede pagar la comida, más allá de las “sofisticadas explicaciones económicas” del ultraderechista.
Ante la repregunta, Milei le dijo que “no se puede caer en la falacia del paraíso”. Y desarrolló: “Hoy hay 15% de la población que es indigente, no logra satisfacer las necesidades básicas. Si hubiéramos seguido con lo que se venía haciendo, hoy habría 60% de indigentes. No se puede caer en la falacia del paraíso. Si me vas a comparar con el paraíso, la vida siempre es horrible. Ahora, si comparamos con el escenario alternativo, el 60% de indigentes hubiera sido una verdadera catástrofe peor de la que tenemos ahora”, indicó el mandatario, quien dijo que hoy “la inflación en alimentos está muy por debajo de la evolución de los salarios, con lo cual en términos de alimentos los salarios están subiendo muchísimo”.
“Amo ser el topo dentro del Estado”
Luego, apuntó contra quienes lo señalan por criticar al Estado siendo, justamente, jefe del Estado argentino. “El sistema se cambia estando adentro, no desde afuera. Ningún político va a cambiar un sistema que lo beneficia en favor de la gente porque él tiene el poder de hacerlo”, sostuvo.
Y puso como ejemplo un partido de fútbol. “En Argentina el fútbol es el deporte más popular. Cuando vas a un estadio de fútbol es un hermoso espectáculo, muchísima gente en las gradas, muy colorido, pero si ponés el balón en el medio del campo, por más que la gente grite y agite sus banderas, la pelota no se mueve“, planteó.
Y siguió: “Si vos queres ganar el partido necesitas jugadores. En el seleccionado argentino los goles los hace Messi, es decir, necesitas que alguien haga los goles. Entonces esa idea que desde la tribuna podés cambiar algo es estúpida. Y mucho más si crees que lo podés hacer desde el living de tu casa”. Entonces, “la única forma de modificar esto es meterte al sistema y disputar el poder, porque sino no lo vas a cambiar”, insistió.
En ese sentido, dijo que está orgulloso de ser “el topo dentro del Estado” argentino. “Soy el que destruye el Estado desde adentro. Es como estar infiltrado en las filas enemigas. La reforma del Estado la tiene que hacer alguien que odie el Estado. Y yo lo odio tanto que estoy dispuesto a soportar todo tipo de mentiras, calumnias e injurias tanto sobre mi persona como sobre mis seres más queridos que son mi hermana, mis perros y mis padres, con tal de destruir el Estado”.