Un jurado de Nueva York condenó este jueves a Donald Trump por todos los cargos en su caso de dinero por silencio, en un hecho sísmico a apenas cinco meses de las elecciones en las que busca reconquistar la Casa Blanca.
El precandidato presidencial republicano, que se dio a conocer como un impetuoso magnate inmobiliario antes de un asombroso ascenso al cargo más alto del país en las elecciones de 2016, se enfrenta ahora a la cárcel o, más probablemente, a la libertad condicional.
En teoría, podría enfrentarse a hasta cuatro años de cárcel por cada cargo de falsificación de registros comerciales, pero los expertos legales dijeron que, como delincuente por primera vez, es poco probable que vaya tras las rejas.
La apelación podría llevar meses.
Trump también se enfrenta a cargos federales y estatales por conspirar para anular los resultados de las elecciones de 2020, ganadas por Joe Biden, y por acaparar documentos secretos tras abandonar la Casa Blanca.
El histórico primer juicio penal contra un ex presidente de Estados Unidos terminó este jueves con Trump, de 77 años, declarado culpable de cada uno de los 34 cargos de falsificación de registros comerciales para ocultar un pago destinado a silenciar a la estrella porno Stormy Daniels.
Trump, que es casi seguro que apelará, no reaccionó inmediatamente, sino que se quedó sentado, con los hombros caídos.
La condena empuja a Estados Unidos a un territorio político inexplorado, pero no impide a Trump aspirar a la Casa Blanca, incluso en el improbable caso de que el juez Juan Merchán lo condene a prisión.
El veredicto llega pocas semanas antes de la Convención Nacional Republicana de Milwaukee, donde Trump debe recibir la nominación formal del partido para enfrentarse al presidente demócrata Joe Biden el 5 de noviembre.
El jurado, compuesto por 12 miembros, deliberó durante más de 11 horas a lo largo de dos días al final del extraordinario juicio de cinco semanas celebrado en una monótona sala de Manhattan.
Trump fue declarado culpable de falsificar registros comerciales para reembolsar a su abogado, Michael Cohen, un pago de 130.000 dólares a Stormy Daniels en vísperas de las elecciones de 2016, cuando su afirmación de haber mantenido relaciones sexuales con él podría haber resultado políticamente fatal.
El juicio contó con largos testimonios de la intérprete de cine para adultos, cuyo nombre real es Stephanie Clifford y que describió ante el tribunal con detalles gráficos lo que dice que fue un encuentro sexual en 2006 con el casado Trump.
Los fiscales expusieron con éxito un caso en el que se alegaba que el dinero por el silencio y el encubrimiento ilegal del pago formaban parte de un delito más amplio para evitar que los votantes conocieran el comportamiento de Trump.
Los abogados defensores de Trump habían rebatido que “intentar influir en unas elecciones” era simplemente “democracia” y que el ex presidente no hizo nada malo.
El juicio ha distraído a Trump de su campaña para desbancar a Biden.
Sin embargo, ha aprovechado la atención mediática en todo momento, con discursos diarios ante las cámaras fuera de la sala del tribunal en los que se quejaba de ser una víctima política.