El “Caso Mestre” y el “exilio” del padre Luis Albóniga en los medios nacionales

El pedido de renuncia del arzobispo de la Plata Gabriel Mestre por parte del Papa Francisco ha provocado los mas diversos comentarios (y análisis) en distintos medios de Mar del Plata y el país. En este último sentido el diario La Nacion en un informe elaborado por Mariano de Vedia con la colaboración del corresponsal en esta ciudad balnearia, Darío Palavecino y que tituló “Crisis en el Episcopado: un conflicto en la Catedral de Mar del Plata por su sucesión habría influido en la renuncia del arzobispo Gabriel Mestre” afirma textualmente lo siguiente:

Un conflicto suscitado en Mar del Plata, diócesis que condujo durante seis años, hasta septiembre de 2023, habría sido el detonante de la sorpresiva renuncia del arzobispo de La Plata, monseñor Gabriel Mestre, luego de la intimación que recibió del papa Francisco cuando fue convocado días atrás a Roma.

Algunas fuentes eclesiásticas consultadas por LA NACION vinculan la drástica decisión del Papa con una situación inédita cuya expresión más visible transcurrió el 5 de abril pasado en la Catedral de Mar del Plata, en Semana Santa, cuando muchos feligreses –en una maniobra que parecía orquestada- alzaron carteles para pedir que se dejara sin efecto el traslado del padre Luis Damián Albóniga a Jujuy

El sacerdote, que era párroco de la iglesia Asunción de la Santísima Virgen, había acompañado a Mestre como vicario general de la diócesis -el segundo del obispado- y administró temporariamente la diócesis tras la designación del arzobispo de La Plata.

En la Iglesia local veían al sacerdote como un posible candidato para suceder a Mestre, de 55 años, un obispo enrolado en la pastoral de Francisco y con fuertes proyecciones para ascender en responsabilidades dentro del Episcopado, que a fines de año renovará su conducción.

Gabriel Mestre, el arzobispo de La Plata que presentó su renuncia por pedido del Papa
Gabriel Mestre, el arzobispo de La Plata que presentó su renuncia por pedido del Papa

El destinatario de los carteles en la Catedral de Mar del Plata era monseñor Ernesto Giobando, un obispo de estrechos vínculos con Francisco, quien en enero pasado lo designó administrador apostólico en Mar del Plata hasta el nombramiento del sucesor definitivo de Mestre. Además de su condición de jesuita, Giobando fue novicio de Bergoglio cuando era seminarista en la Compañía de Jesús, y más tarde obispo auxiliar con el actual Papa en Buenos Aires.

“Padre Luis, presente” y “Luis te esperamos”, entre otras leyendas, decían las pancartas de apoyo al padre Albóniga, que hoy se encuentra en la diócesis de Jujuy, conducida por monseñor Daniel Fernández, que fue rector del seminario metropolitano de Villa Devoto, donde se formó el sacerdote.

En esos días se publicó, además, una solicitada de fuerte apoyo al sacerdote en el influyente diario local La Capital, cuyo director, el empresario Florencio Aldrey Iglesias aparecía como el primer firmante, junto a centenares de representantes de la comunidad local.

Tras pedir por su “pronto regreso” y transmitir su apoyo al sacerdote, en la solicitada se expresaba que “desde que se conoció la triste noticia, no deja de estar en la boca y en el corazón de todos los feligreses. Hay una tremenda consternación, además de -hay que decirlo- desagrado por la decisión adoptada y por la forma en que fue ejecutada”.

DESIGNACIONES FALLIDAS

“El caso Mestre lleva a pensar que, tal vez, la Santa Sede se apresuró a promoverlo como arzobispo de La Plata, sin evaluar debidamente su gestión anterior, en virtud de los problemas que se suscitaron tras su partida. Pero la drástica decisión de removerlo, revela también que a Francisco no le tiembla el pulso cuando cree que debe corregir una decisión”, evaluó una fuente eclesiástica.

El obispo jesuita Ernesto Giobando, a cargo temporariamente de la diócesis de Mar del Plata
El obispo jesuita Ernesto Giobando, a cargo temporariamente de la diócesis de Mar del Plata

La renuncia de Mestre se conoció dos días después del tedeum que ofició en la Catedral de La Plata por el 25 de Mayo, al que asistió el gobernador bonaerense Axel Kicillof, entre otros dirigentes políticos y sociales. Allí llamó a “esscuchar con los oídos del corazón para construir la patria”.

La incierta situación en la diócesis de Mar del Plata incluye dos designaciones fallidas del propio Francisco, quien en los últimos siete meses realizó dos nombramientos sucesivos que por razones de distinta índole no pudieron avanzar.

El 21 de noviembre de 2023, Francisco nombró como sucesor de Mestre en Mar del Plata a monseñor José María Baliña, hasta entonces obispo auxiliar de Buenos Aires. Al mes siguiente, Baliña dimitió por problemas de salud. Luego, el Papa designó a monseñor Gustavo Manuel Larrazábal, quien también presentó su renuncia -aceptada por el Papa-, antes de tomar posesión de la diócesis. Alegó que llegó a esa conclusión tras “un proceso de discernimiento y oración”.

Fruto de ambas deserciones, el 17 de enero de este año Francisco designó administrador apostólico de la diócesis a monseñor Giobando, uno de los obispos en los cuales tiene depositada una confianza extrema.