El expresidente de Uruguay José Mujica explicó el ascenso al poder de Javier Milei en la Argentina al aducir que “la hiperinflación enloquece a los pueblos”.
En una entrevista con la agencia Reuters, el ex mandatario izquierdista manifestó su preocupación por el estado de la democracia en América Latina y otras partes del mundo, y en cuanto a la Argentina, aseguró que el presidente libertario fue elegido, en gran parte, por la constante suba de precios que sufre el país.
Además, cuestionó las peleas que el presidente argentino mantuvo con otros presidentes de la región.
“Se peleó con (el presidente colombiano Gustavo) Petro, se peleó con (el presidente chileno Gabriel) Boric. Después le mandó una carta y todo, pero Lula (el brasileño Luiz Da Silva) no le contestó nunca”, resaltó el veterano dirigente.
Mujica no es optimista sobre las próximas elecciones de julio en Venezuela, las primeras presidenciales desde 2018. No habla con el presidente Nicolás Maduro, dijo. “No sé lo qué pasará”.
“Chávez era distinto, muy distinto”, añadió Mujica sobre el predecesor de Maduro, el fallecido líder izquierdista Hugo Chávez. “Perdió elecciones y aceptó”.
Símbolo de la izquierda latinoamericana
Mujica fue guerrillero, prisionero, después presidente de Uruguay y ahora se ha convertido en un símbolo para la izquierda latinoamericana, pero él se considera sobre todo un campesino y amante de la naturaleza, indica Reuters.
En su pequeña propiedad en las afueras de Montevideo, la capital de Uruguay, el expresidente que cumplió 89 años esta semana aseguró que todavía alimenta a las gallinas y disfruta de un paseo en el tractor: “Es entretenido, mucho más que un auto, porque andas despacio y estás en permanente contacto con la naturaleza, con los bichos, con los pájaros”.
Es la misma casa con techo de chapa donde vivió durante su mandato de 2010 a 2015, tras negarse a mudarse a la residencia presidencial.
El viejo VW Beetle que conducía desde la granja al trabajo todavía está en un estado “fenomenal”, dijo, pero en un tractor “tienes tiempo para pensar”.
Las ideas progresistas sacaron del jardín al niño que ayudaba a su madre a cultivar flores y verduras para finalmente convertirlo en un faro de la izquierda política en Sudamérica.