La realización del “Festival Emprende Fusión” en la Casa sobre el Arroyo, la obra de Amancio Williams declarada patrimonio nacional, este sábado ha motivado inclusive que el diario La Nación se ocupara del tema, difundiendo una carta pública del periodista Nino Ramella quien no se ahorró críticas para con la realización en ese espacio.
En su carta Ramella afirman de manera textual:
Se trata nada más ni nada menos que la presencia de cincuenta emprendedores, foodtrucks…es decir camiones gastronómicos…, música en vivo y entrada libre. Sólo desconociendo absolutamente el bien que se está tutelando las autoridades municipales pueden llevar adelante un programa semejante en ese lugar.
Hasta hace nada las visitas a la casa eran rigurosamente restringidas. Sólo podían ingresar entre 15 y 20 personas acompañadas que anticipadamente hubieran sacado turno. Para calmar las expectativas de la demanda en su momento el titular del Ente Municipal de Turismo y Cultura sostuvo que “la seguridad de la Casa del Arroyo se ha fortalecido con personal permanente debido a su estado húmedo y la necesidad de un mantenimiento intensivo” y acotó que “la intención es preservar la casa de la mejor manera posible, evitando una reconstrucción rápida que pudiera comprometer su integridad”.
Y resulta que ahora en una decisión inconsulta y atolondrada habilitan una concurrencia masiva e indiscriminada con el agravante de los foodtrucks y la música en vivo.
Y afirmo lo de inconsulta porque por tratarse de un bien declarado como patrimonio nacional tienen la obligación por ley de, ante un proyecto semejante, solicitar la pertinente autorización a la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos, cosa que no se ha formulado según manifestó a quien esto escribe su presidenta, Mónica Capano.
Me consta además que tampoco lo sabía la Asociación Amigos de la Casa sobre el Arroyo a quien no estaría de más comunicarle algo así aunque no estén obligados por la ley.
Los peligros
La Casa sobre el Arroyo es una de las 10 más reconocidas del mundo en cuanto a arquitectura moderna. Por su diseño, pero también porque su parque es patrimonial al punto de ser una reserva natural surcada nada menos que por el arroyo fundacional de la ciudad.
Ese espacio verde tiene un valor biológico integral al punto que gran cantidad de aves han migrado de la periferia al centro de la ciudad justamente por su existencia. Entre ellas, garzas chiflonas.
El parque -que prácticamente es pampa original-, tiene también ejemplares autóctonos muy valiosos, como las orquídeas pampeanas.
El piso sobre el que piensan instalar los foodtrucks y se espera que también transite la gente requiere todavía de cateos arqueológicos para determinar los senderos originales. A tal punto esto es así que en su momento la licitación de restauración de la casa tuvo muy en cuenta los movimientos de los obreros afectados a esas obras para no provocar daños irreparables.
Definitivamente no es un sitio que admita presencias multitudinarias ni música de alta frecuencia. Para ilustrar esto último vale recordar que cuando la casa se abrió y el Grupo Vocal Arsis interpretó el Himno Nacional algunas aves se cayeron de las ramas de los árboles en el momento de los agudos.
La Casa sobre el Arroyo no es una plaza. Es un patrimonio de los más importantes del país que tiene una protección similar a la del Cabildo. Tiene una capacidad de carga y no más.
Una feria de emprendedores en un monumento nacional e internacional sencillamente no tienen nada que ver. Es la manifestación de la absoluta ignorancia de lo que se está tutelando. Esa casa es arquitectura más naturaleza y así debe preservarse para los tiempos.
Este hábito de actividades similares pueden generar razonables dudas cuando se trata de Villa Victoria o Villa Mitre, aunque sería aconsejable evitarlas. En cuanto a la Casa Sobre el Arroyo no hay lugar para la discusión. Se trata necesariamente de la desidia o la ignorancia, una por otra.