A medida que el nuevo escenario político reconfigura las reglas de juego, se acelera una tendencia que se venía dando: la puesta en valor del agente inmobiliario como factor clave para dinamizar el sector de bienes raíces.
El contexto de crisis económica y la exigencia de competitividad del mercado hacen que los corredores inmobiliarios elijan, cada vez más, trabajar con agentes para expandirse y desarrollar sus negocios.
En realidad, no es que los agentes no estuvieran incorporados a las estructuras de negocios de las inmobiliarias, sino que en los últimos tiempos está ocurriendo un “blanqueo” de esta figura que genera tensiones hacia dentro del sector.
Una de las principales razones por las que la actividad del agente inmobiliario está en auge tiene que ver con el proceso de transformación cultural que viene ocurriendo desde hace varios años en el sector inmobiliario.
Hacia un nuevo paradigma
La transición hacia un nuevo paradigma está apuntalada por la incorporación de nuevas tecnologías y una nueva visión de las relaciones laborales entre pares basada en el trabajo colaborativo y la vinculación en redes.
En paralelo, estos cambios hacen que la actividad inmobiliaria sea cada vez más sofisticada al tiempo que exige nuevos conocimientos y aptitudes para mantener la competitividad en el mercado.
Es en este contexto -en entornos donde se favorece la “competencia positiva” o la “coopetencia”- que la figura del agente inmobiliario es revalorizada porque es donde sus aptitudes alcanzan el mayor potencial: la nueva cultura del trabajo colaborativo propone que el éxito individual propicia necesariamente el éxito colectivo.
En este sentido, la tendencia es palpable. En los últimos cuatro o cinco años el sector vio surgir redes formadas por inmobiliarias que comparten esta visión. Deinmobiliarios.com, La Inmo y Red Igeo son un ejemplo de ello.
A su vez, son cada vez más numerosas las inmobiliarias que lanzan campañas de reclutamiento de agentes por sus redes sociales. Si bien esto choca con la visión conservadora de los Colegios inmobiliarios porque corroe su espacio de poder, lo cierto es que desde el interior de los ámbitos institucionales la presión para adaptarse a la tendencia dominante del sector es cada vez más fuerte.
El perfil del agente inmobiliario
El auge del agente inmobiliario en el panorama local transformó la obsoleta figura del “vendedor”, por lo general un empleado en relación de dependencia que trabaja por un sueldo mínimo y sin posibilidades de crecimiento.
En cambio, lo que caracteriza al agente inmobiliario es su espíritu dinámico y proactivo. Es una persona que rechaza trabajar en relación de dependencia y, en cambio, elige la independencia y la libertad que le brinda su actividad para poder desarrollar sus propósitos personales y su proyecto de vida.
Entre los principales atributos o cualidades, el agente inmobiliario destaca por su capacidad comunicacional y organizativa y su predisposición para trabajar en equipo, pero fundamentalmente lo que más lo distingue es ser el portador de una alta motivación para cumplir sus objetivos.
Con este panorama, el sector deberá resolver sus tensiones, sincerar sus prácticas y reconfigurar un horizonte que beneficie a todos los actores. Esta es, principalmente, la demanda más urgente de las inmobiliarias más pequeñas y las unipersonales, que son las que más sufren la coyuntura de crisis actual y a las que más les cuesta mantenerse competitivas en el mercado. (PNT)