
Bajo el ardiente sol del pasado sábado en las concurridas playas de Mar del Plata, los guardavidas decidieron hacer visible su persistente reclamo, que lleva ya varios días sin encontrar una respuesta satisfactoria. Mientras la gente buscaba alivio en el agua y el viento soplaba fuerte, las casillas de los guardavidas permanecían cerradas, y la ausencia de las banderas que indican el estado del mar era evidente.
La tensión laboral entre los guardavidas y la Municipalidad ha llegado a un punto crítico, con el gremio exigiendo un aumento del 25%, una propuesta que hasta ahora ha sido rechazada por las autoridades locales, quienes ofrecieron una cifra menor. En un intento por hacerse escuchar, los trabajadores adoptaron medidas cada vez más drásticas.
El viernes pasado, los bañistas se encontraron con la ausencia de las habituales banderas que alertan sobre las condiciones del mar, dejando a todos en un estado de incertidumbre sobre posibles peligros. Este fin de semana, la protesta se intensificó con la clausura de casillas y la instalación de cartelería que expresaba abiertamente el descontento de los guardavidas con la situación actual.
Este lunes, está prevista una reunión entre los representantes de los guardavidas y el Ejecutivo local en un intento de poner fin a este conflicto. Sin embargo, la brecha entre las demandas de los trabajadores y la oferta de la Municipalidad parece ampliarse, dejando en vilo la seguridad de los bañistas y generando una creciente preocupación en la comunidad.
En este contexto, queda en evidencia la importancia de encontrar una solución rápida y equitativa que responda a las legítimas demandas de los guardavidas, asegurando al mismo tiempo la seguridad y tranquilidad de quienes eligen disfrutar de las playas marplatenses en esta temporada estival.