“Es una conducta que rememora los peores episodios del Congreso Nacional”, sostuvo el diputado de la provincia de Buenos Aires por Unión por la Patria, Gustavo Pulti. “Este tratamiento es oscuro, contradictorio y enciende muchos interrogantes y alarmas sobre por qué los diputados proceden de esta manera”, agregó, en diálogo con “el Retrato…”.
En este contexto, Pulti afirmó que “la derogación de la Zona Fría, en el marco de la ‘Ley Ómnibus’, ha tenido un desarrollo oscuro, desprolijo, contradictorio y engañoso”. Así, manifestó que “en el día de ayer, voceros del gobierno informaron la existencia de un dictamen en el que se había acordado retrotraer quitar los beneficios de la zona fría. Esa fue la voz que se corrió y la versión que surgió desde distintos estamentos. Incluso se habló de un despacho en Comisión que ya estaba cerrado y que incluía el abandono de la iniciativa de derogar la zona fría”. Sin embargo, señaló que “horas después, apareció restituida la derogación de la zona fría”.
De esta manera, señaló que existen dos posibilidades: “cuando (los diputados) firmaron el despacho, lo firmaron en blanco y después hubo modificación, o hubo una adulteración del despacho con posterioridad. Es una conducta grave por parte del Congreso Nacional, en un tema que no es inocuo. Es un tema en el cual se dirimen intereses sociales y lucrativos para algunas empresas”.
En este sentido, indicó que “el Congreso Nacional ha tenido momentos de brillo y ha tenido momentos de una celeridad negra, una celeridad oscura. Con distintos tipos de acontecimientos”. En esta línea, rememoró: “un siglo atrás, cuando se discutían los beneficios para los frigoríficos ingleses, el Congreso de la Nación tuvo momentos oscuros. Asimismo, tuvo momentos brillantes con la legislación social. Volvió a tener momentos oscuros con el famoso ‘diputrucho’ en la época de Menem y con los manejos parlamentarios”. Pero ahora, “hay una reedición de la celeridad negra del Congreso de la Nación”, precisó.
Por otro lado, señaló: “no sé si es descabellado o no hablar de corrupción. Lo que sí sabemos es que para quienes tienen la gestión empresarial del gas, este cambio no es inocuo. Les significa un incremento muy significativo de la facturación, a costa de los bolsillos y la tranquilidad social de cientos de miles de personas”.
Así, destacó que “la derogación de la Zona Fría supone para Mar del Plata, la Patagonia y distintas regiones de la Argentina, un incremento monumental de las facturas de gas. Un incremento muy importante, más en tiempos de quita de subsidios, que son parte notoria de las políticas del presidente Milei”. En este sentido, señaló que “mantener la zona fría mitigaba en gran medida el costo de las tarifas de gas en zonas donde se consume mucho por razones climáticas”.
Respecto a los dichos que la facturación podría llegar, en algunos casos, al millón de pesos, Pulti sostuvo que “eso lo había anunciado el diputado, con mandato cumplido, Alejandro ‘Topo’ Rodríguez, que fue el gestor de la ley de beneficio de la zona fría. Un legislador con una trayectoria seria, responsable, transparente, honesto y que ha advertido, como estudioso del tema, que las facturas podrían llegar a ese monto”.
“En cualquier caso, ese es un problema. importantísimo y grave”, puntualizó. Pero, además, subrayó que “otro problema idénticamente grave es que a un proyecto de ley que avasalla distintos derechos de los argentinos, que puso en tela de juicio la pesca, que pone en tela de juicio los recursos naturales, que controvierte asuntos que no tenían ningún tipo de discusión como las que están contempladas en la Ley de Tierras o en la Ley de Bosques, se agrega una conducta que alarma respecto a los peores episodios del Congreso de la Nación”.
De este modo, en comparación con el escándalo de la ‘Ley Banelco’, el ex intendente de General Pueyrredón, sostuvo que “posiblemente sean cosas muy distintas, basadas en la misma doctrina. En aquel momento, los que inspiraban esa legislación eran los mismos que ahora quieren derogar los derechos de los trabajadores, los cuales están establecidos y amparados en la Constitución Nacional”. Así, describió que “la situación actual va mucho más lejos porque no ataca solamente los derechos de los trabajadores, sino que la ‘Ley Ómnibus’ ataca distintos frentes a la vez. Frentes que tienen que ver con el trabajo, la defensa, la industria y todos tienen que ver con la soberanía de la Nación. Además de tener, junto con el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), algunas pretensiones que chocan de frente con la Constitución Nacional”.
“Estamos en un momento en el cual necesitamos un Congreso con los ‘pantalones largos’. Necesitamos un Congreso que dé la cara a su pueblo y proceda con transparencia. No necesitamos legisladores ‘negocieros’, que saquen tajada propia a costa del pueblo argentino”, concluyó.