Según la Real Academia, la definición de Desidia es: negligencia o falta de cuidado. Y esas palabras se aplican exactamente a lo que las autoridades municipales y los concejales hacen con los Juzgados de Faltas en Mar del Plata.
En el Municipio de General Pueyrredon existen cinco Juzgados de Faltas, las sedes de todos están en Garay 3136, los diferencia el Piso; pero los cinco tienen varias cosas en común; en primer lugar la función que es ni más ni menos que actuar cuando existe un juzgamiento y sanción de las faltas, infracciones y contravenciones a las normas municipales o de otra jurisdicción cuya aplicación corresponda a la Municipalidad.
Además tienen en común los jueces, puesto que existen solo 3 jueces para los 5 juzgados, y no es de ahora, la historia tiene un largo historial.
Durante el gobierno de Carlos Fernando Arroyo, se abrieron dos vacantes por jubilaciones. El Ejecutivo de ese momento postuló a dos personas para ocupar dichos cargos, que son vitalicios. El Concejo Deliberante, por falta de acuerdo político, dejó dormir una siesta eterna a las propuestas.
Desde entonces el tema nunca más se puso en agenda, pero eso no es todo, porque durante los 4 años de la actual gestión no se llevó a cabo ni siquiera una sugerencia de votos. En diciembre Montenegro renueva su cargo por 4 años más, y todo indica que las dos vacantes (del Juzgado 2 y el 5) quedarán vigentes.
La Justicia Municipal es regulada por el Código de Faltas Municipales, que en su artículo 21 sostiene: “Los jueces de Faltas serán designados por el intendente municipal, previo acuerdo del Concejo Deliberante, que será prestado por simple mayoría de votos de los miembros que integran dicho cuerpo”. Para ser Juez de Falta se debe ser argentino, mayor de 25 años, abogado con 3 años o más de inscripto en la matrícula, y se asegura “gozar de estabilidad en sus funciones”.
Aún no está clara la ecuación de las autoridadesw. Las vacantes continúan estando, mientras que el enojo y bronca de los Jueces que subrogan crece día a día, porque son 3 personas las que trabajan como si fueran 5. Como una olla a vapor, en algún momento la tapa se disparará.
Ahora bien, ¿porqué Montenegro no manda las ternas para que el Concejo apruebe y así cubrir las vacantes? Le estaría dando “laburo” a dos personas, en la capital del desempleo; ¿o será que en la lógica de austeridad piensa que se ahorra dos sueldos?. Lo cierto es que indirectamente al haber dos jueces menos, el Municipio recauda menos o más lento (y lenta también es la atención en cualquiera de los Juzgados).
Otra opción factible, tal vez, tenga que ver con que Montenegro no tiene a dos personas para entregarle semejante premio, un puesto vitalicio en un Juzgado. Alejandro Rabinovich ya es diputado provincial, Muro es Concejal, ¿quién más puede ocupar ese lugar? Si no hay propios, mejor que no haya nadie.
J.P.