Familiares de las víctimas del terrorismo de Estado recibieron las copias de los legajos reparados. Fue en una ceremonia que se hizo en el Centro Atómico Constituyentes, en la que participó la presidenta del organismo, Adriana Serquis.
No hicieron abandono de servicio ni eran prescindibles: 22 trabajadores y trabajadoras de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) desaparecieron durante la última dictadura. El organismo avanza en la reparación histórica de sus legajos, para que quede asentada su condición de personas detenidas y desaparecidas. Ya fueron reparados cinco legajos y ahora se suman otros once, que fueron entregados a los familiares de las víctimas durante un acto en el auditorio Emma Pérez Ferreira del Centro Atómico Constituyentes.
Los legajos que fueron reparados este año son los de Graciela Mabel Barroca, Jorge Israel Gorfinkiel y Gerardo Strejilevich, del Departamento de Reactores Nucleares del Centro Atómico Constituyentes; Daniel Eduardo Bendersky, del Departamento de Materiales del CAC; Susana Flora Grynberg y Daniel Lázaro Rus, del Departamento de Combustibles Nucleares del CAC; Miguel Schwartz, del Departamento de Ensayos No Destructivos del CAC; Secundino Garay y José Luis Badillo, de Atucha I; María Cristina Onis, de las plantas químicas del Centro Atómico Ezeiza, y Miguel Ángel Gil, delegado gremial de ATE en la Regional Cuyo.
Este martes, sus familiares recibieron copias de sus legajos donde ahora está registrado que fueron secuestrados y desaparecidos. En el acto estuvieron presentes la presidenta de la CNEA, Adriana Serquis; el secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla Corti; la secretaria de Coordinación Legal y Administrativa de la Jefatura de Gabinete de Ministros, Rita Tanuz, y Silvina Atencio, de la Comisión de Trabajo por la Reconstrucción de Nuestra Identidad. También participó Gabriel Corvalán Delgado, en representación de “Hermanos y hermanas que buscan” de Abuelas de Plaza de Mayo.
“Todos los actos de memoria que se hacen son valiosísimos y acá hay una gran persistencia a lo largo de los años. Desde 2012 hay una ley para esta reparación, así que aquí alguien fue persistente y lo consiguió. No alcanza con que las cosas estén en un papel, hace falta alguien que consiga hacerlas. En cada uno de estos encuentros uno ata hilos y entiende un pedacito más de la historia”, expresó Nora Strejilevich, hermana de Gerardo, uno de los trabajadores de CNEA cuyo legajo reparado fue entregado durante el acto.
“Considero importante esta reparación de legajos porque es un hecho que permite hacer justicia, revelando la verdadera causa por la que trabajadores y trabajadoras de la CNEA fueron prescindidxs, desvinculados de la institución. Después de casi 10 años de búsqueda de información, finalmente se consignará en sus legajos que fueron detenidxs y desaparecidxs. Este acto nos permite preservar la memoria colectiva para que estos hechos no vuelvan a ocurrir en nuestra institución y en nuestro país”, expresó Bani Fernández, jefa del Departamento Gestión Integral de la Información Científica y Tecnológica del organismo y colaboradora del archivo de la Comisión de Derechos Humanos del Personal de la CNEA (CDHPCNEA).
En otro momento del acto se pasó un video con los rostros de las y los desaparecidos, su nombre y la dependencia de CNEA donde trabajaban. Luego las autoridades sellaron los once legajos reparados.