Si bien el reclamo debe tenerse en cuenta ante el peligro que puede significar lo que entienden como “competencia desleal”, la protesta que llevaron a cabo los taxistas ante las puertas del despacho del Intendente en el Palacio Municipal fue un claro atentado al futuro marplatense. Esto atento a la visita que realizaban integrantes una delegación de la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) llegada a la ciudad para evaluar no solo el estado del Estadio Minella, sino también la infraestructura urbana, la oferta hotelera, la gastronomía, el transporte y el entretenimiento, con miras a lograr que Mar del Plata sea subsede del Mundial 2030 que podrían realizar en conjunto Argentina, Uruguay, Chile y Paraguay.
Nadie deja de reconocer que la lucha contra la APP de los “techos amarillos” tiene su sustento, pero de ahí a boicotear una potencial subsede, batucada mediante, de uno de los máximos eventos deportivos mundiales, hay un fino y más que peligroso margen.
Si quisiéramos utilizar términos “fierreros”, podríamos decir sin temor a equivocarnos que “los tacheros se fueron a la banquina”.
Es verdad también que la ruidosa manifestación tiene su génesis en el desembarco de vehículos de transporte de pasajeros que funcionan a través de diversas aplicaciones, y que a pesar de existir una reglamentación que les impediría funcionar, igual lo hacen.
Pero a fuer de ser sinceros, su desembarco se vio favorecido por el pésimo servicio, especialmente en horas nocturnas, más el estado de muchos autos entre otras cuestiones , de quienes tienen la obligación (también reglamentada) de brindarlo tal cual está establecido.
Más allá de estas consideraciones, no escapa al conocimiento de quienes encabezaron la “movida”, que de concretarse la sede mundialista, no solo significará un salto cualitativo en lo turístico y económico para la ciudad.
La manifestación fue algo así como “escupirse el propio asado” que tanto cuesta conseguir.
Y proyectando a futuro, ni hablar de ser elegida Mar del Plata, lo que conllevaría además un flujo económico para reparar el hoy malherido estadio Mundialista.
Para aquellos que a esta altura comenzarán a elucubrar cuestiones extra-periodisticas por esta crítica, nos queda, como periodistas, poder pensar también lo mismo atento a que los principales referentes de la movida tuvieron hasta no hace mucho tiempo su corazón encolumnado detrás de un reconocido partido político marplatense.
Este Portal estuvo, está y seguirá estando para difundir el reclamo de los taxistas tal cual lo viene haciendo. Eso no va a cambiar, pero no significa que apoyemos este tipo de “atentado” contra la ciudad que todos amamos, mas allá de cualquier color político de turno.
Miguel Avellaneda