Finalmente, el Concejo Deliberante llevó a cabo la Sesión Pública para tratar, entre varios expedientes el Decreto ad referéndum del Intendente Guillermo Montenegro para unificar la Secretaría de Cultura y el Ente Municipal de Turismo. En la Sesión, hubo 11 Bancas 25, de las cuales 9 manifestaron su rechazo a la idea del Ejecutivo Municipal.
Nino Ramella, ex Secretario de Cultura, hizo uso de la Banca y dijo: “Estamos hablando de la gestión cultural y el primer análisis que deberíamos hacer es ¿cuál es la dimensión de lo cultural? Hay instalado en el imaginario colectivo que cultura está relacionada con el arte, por supuesto que el arte tiene que ver con la cultura, pero es un reduccionismo que debemos tratar de desarmar, un reduccionismo que también llega a los Gobiernos, a los gobernadores que generalmente participan de ese reduccionismo, solo que le asigna a la cultura una destreza más que hacer lindos los actos políticos. Pero resulta que ya las organizaciones que tratan el tema de la gestión cultural en el mundo han tratado de instalar la idea de que cultura tiene una dimensión mucho mayor, que engloba las artes y las letras, pero que también tiene que ver con las formas de vida, con la instalación de los derechos del hombre, con todo lo que tiene que ver con lo intelectual, pero también con lo material, lo espiritual, con las tradiciones, con las creencias. Es decir, la dimensión de la cultura va muchísimo más allá de lo que generalmente se piensa”.
En este sentido Ramella agregó: “Si tenemos esa consideración, tenemos que enfrentarlo a la realidad que estamos viviendo. La realidad que vive, porque la política es eso. La política es intentar transformar y mejorar la sociedad a la que se sirve. Y estamos en una situación de crisis y hay que conectar eso, que es la dimensión de la política cultural, con lo que está pasando en la sociedad. El cuarenta por ciento de la población argentina vive bajo el nivel de pobreza. Eso son aproximadamente cuarenta o treinta millones de personas. No es una abstracción. Son veinte millones de almas que no pueden proyectar una duda en una. Esa es la verdadera grieta que nosotros debemos enfrentar”
“ Veinte millones de personas que están bajo el nivel de la pobreza que no pueden proyectar su vida. Y entonces, cómo está la grieta, necesita un enemigo. Y entonces las personas que todavía no se han caído del sistema, consideran que los sectores vulnerados son un peligro. Y al revés, los sectores vulnerados consideran que los sectores que todavía no se han caído del sistema son los culpables de su situación. Bueno, ¿qué puede hacer cultura? Si uno piensa que la dimensión cultural tiene que ver con el comportamiento de la gente. Circunscribir la cultura al arte es lo que nos está haciendo torcer la idea de lo que podemos hacer. Uno de los temas que preocupa a la gente fundamentalmente tiene que ver con la inseguridad. La palabra antónima de inseguridad no es seguridad, la palabra antónima de inseguridad es convivencia y la convivencia no es un producto de la naturaleza, la convivencia es una pasión cultural y a eso tenemos que ir”, continúo el ex funcionario.
“Los organismos públicos tienen la obligación, el imperativo moral de tratar de resolver los problemas que tenemos en la sociedad en este momento”, dijo y agregó: “Hay también otra confusión. La confusión es suponer que la gestión cultural está destinada a los actores de la cultura. Los actores de la cultura son herramientas indispensables de la gestión cultural, pero los destinatarios de la gestión cultural es la sociedad en su conjunto, la comunidad en su conjunto. Y ahí se requiere sí o sí un proyecto que tiene que estar, indispensablemente, revestido de una consideración ideológica. ¿Qué es una ideología? Es un sistema de valores y el sistema de valores produce prioridades y nosotros tenemos que saber perfectamente qué es un proyecto para que la gente sepa quién es el destinatario. Para poder transmitir a la red de ideas de gestión que tiene cultura hacia dónde va. Para poder transmitir esa mística a los agentes municipales que son los que trabajan en la trinchera de ese lugar, se necesita un proyecto.
“Cuando se habla de que este trasnochado decreto que pretende la reducción de los costos. Señores, ¿saben lo que es costoso? Que no haya gestión. Eso sí cuesta. ¿Qué pensamos ahorrar? ¿Tres, cuatro sueldos en una planta municipal que tiene ocho mil personas? O más. No sé cuántas las tiene ahora. Lo que es costoso es no tener una propuesta. ¿Por qué? Porque lo que sí puede producir una conducción política es la multiplicación de los recursos. Es generar recursos, es representarlos, es traer capitales de la actividad privada, es la posibilidad de hacer asociaciones, fórmulas asociativas con organismos internacionales, públicos y privados, locales, eso es costoso. Lo que es costoso es dejar una estructura que camine inercialmente”, dijo Ramella
Finalmente, y acortado por el tiempo, Ramella contó que el Municipio tuvo una experiencia parecida a la propuesta de Montenegro: “fue pésima, fue un fracaso. Este es un decreto que surge de la ignorancia y también de la especulación oportunista electoral. Ignorancia porque se desconoce la dimensión de lo cultural. Y digo yo que también es oportunista porque trata de conectar con esta corriente mayoritaria de desgracia del Estado, de desagrarización del Estado, ahorrando cuatro sueldos, están enterrando una herramienta de transformación social formidable”, sentenció.