Mamá lleva seis años clamando ¡Justicia! por la muerte de su hijo por una mala praxis médica

El 2 de noviembre de 2017 no fue un día más para Gabriela Covelli, en Villa Gesell perdió a su hijo Nicolás Deanna producto de un error médico e inició una lucha para lograr justicia y hoy el profesional médico que lo atendió está imputado por homicidio culposo y con una calificación alternativa de dolo eventual porque no pudo no darse cuenta de lo que estaba pasando, así que lleva casi seis años en esta lucha.

En ese trayecto creó la ONG “Por la vida y la salud”, la que conforman “mamás, papás, hermanos, amigos, gente partida del dolor, en su mayoría con una gran tristeza que puso su corazón y toda la fuerza que tenemos transformando el amor, en mi caso de mi hijo, hacia la comunidad toda” y a través de la cual impulsan la Ley Nicolás que actualmente está en el Congreso de la Nación lista para tratarse en el recito

En diálogo con “el Retrato..”  Gabriela Covelli refordó que “Nicolás era un joven sano, deportista, que hizo todo bien. No fumaba, no tomaba, no se drogaba, trabajaba, estudiaba. Un día de octubre de 2017 comenzó como con un fuerte dolor de cabeza. En mi familia no nos automedicamos, era domingo, pero llamamos a un médico amigo y le pedí por favor que me dijera qué podía tener”

En ese momento le diagnosticaron “una contractura muy fuerte”, por lo que le recetaron diclofenac, pero seis horas después “seguía en un grito”, por lo que le pidió “por favor” al médico que lo revisara y atendiera. “Fuimos, lo vio, no puedo decir que lo atendió. No le hizo esas maniobras médicas que después supe que tenia que hacer tales como reflejos pupilares, el martillito (…) Palmeó la espalda de Nicolás, lo acostó en una camilla, le inyectó vía indovenosa diclofenac con diazepam y me dijo que tenía una contractura que era muy dolorosa. Lo acostó y me dijo que espere. Lo llevé a Nicolás a mi casa y con 24 años lo hice dormir conmigo porque sabía que algo pasaba. Volví a la otra mañana para que lo atienda, pero la atención fue siempre igual”.

Recordó que el médico “lo palmeó, lo llevó a un kinesiólogo, lo mandó a respirar al mar” y les dijo que “estaba muy estresado“. Durante tres días le dio vía indovenosa la misma medicación analgésica hasta que por su insistencia de Covelli le hizo una tomografía y un análisis de sangre que arrojó el peor resultado.

Con la voz entrecortada narra que “Nicolás tenía 20 mil glóbulos blancos, tres neutrófilos encallados. Me dijo ‘se nos complicó el cuadro, tiene una gran contractura muscular y una angina’ y ahí lo volvió a inyectar, esta vez con penicilina” acotando que “Nicolás ya tenía 40° de temperatura y había vomitado de manera intensa dentro del consultorio. Tenía meningitis bacteriana y fue irreversible. Pasó días internados hasta que murió, el 2 de noviembre”

Gabriela recordó que “Nicolás era un joven excepcional de 24 años. Además de ser recibido de martillero y tener su propia inmobiliaria, había completado el profesorado de inglés y era muy deportista, destacándose en natación y jiu-jitsu. Tenía una vida saludable y una conducta ejemplar. Era solidario y amable, dejando una marca positiva en todos los que lo conocieron”.

Gabriela luego de muerte se sumió en la tristeza y adelgazó más de 20 kilos. Sin embargo, encontró un propósito en luchar por la dignidad de su hijo y por justicia en casos de mala praxis médica. Escribió la Ley Nicolás para proteger a las víctimas y mejorar la atención médica en Argentina.

Su vida actual se centra completamente en esta lucha, junto con su familia y otras familias afectadas. La causa de Nicolás está en proceso de juicio oral, y la Ley Nicolás busca establecer medidas para mejorar la seguridad del paciente y la humanización de la medicina en el país.

El Caso Silvina Luna

Al ser indagada sobre el reciente caso que provocó la muerte de la actriz Silvina Luna afirmó “su familia está en nuestra ONG, lo mismo que Débora Pérez Volpi” a la vez que reflexionó “para poder llegar al corazón de todos los profesionales de la Salud y de todas las autoridades”, para indicar luego que “el doctor Aníbal Lotocky lo han denunciado en el 2007 por la muerte, igual que Silvina Luna, de una paciente. El Poder Judicial lo sobreseyó por falta de mérito, que no significa lo mismo que ser inocente, ya que no se pudo probar, algo que es muy ,pero muy difícil.”

Mas adelante se  preguntó “¿ desde el 2007 hasta acá  todas las veces que lo han denunciado (tiene más de 30 y 4 muertes), más otras 12 efectivas hechas por personas muy conocidas”,, acotando Gabriela que “Lotocky está matriculado en ¡5 Colegios de Médicos!, quienes tiene la obligación tal lo dice el Decreto 5413/58, preservar la vida y la salud de la población. Tienen la obligación de controlar el acto médico, por eso creo que deberían todos reflexionar y darse cuenta que en un a profesión tan importante como lo es la Medicina, no podemos dejar librado a la moral de una persona, cómo se atiende nuestra vida y nuestra salud