Hace 68 años la Armada nacional bombardeaba el Puerto de Mar del Plata, lugar donde se encontraba la destilería de Yacimientos Petrolíferos Fiscales, sorprendida a las 6.30 del 19 de setiembre del´55 un bombardeo sin precedentes: ataque a su propio territorio. Película de horror. La Marina causante.
El gobierno del Gral. Juan Domingo Perón había caído el 16 de setiembre. El general Eduardo Lonardi había tomado el Poder. El Ejército leal al Presidente de la Nación había dado muestra de rendención para evitar derramamiento de sangre en la sociedad civil. Según el propio testimonio oficial.
No obstante buques de guerra apostados, orillas del Puerto de Mar del Plata, bajo la conducción del entonces Contralmirante Isaac Francisco Rojas -enseguida ascendido a Almirante en la Marina de
Guerra- produjo la tragedia: bombardear los depósitos de combustibles y parte del Puerto.
La ciudad se despertó el 19 de setiembre bajo el fuego propio de la Armada. Todavía cada tanto se daba en los cines marplatenses aquél film de Orson Welles “La guerra de los mundos”, el impacto radial por el que el notable actor, también director, puso en vilo a la población. Invasión extraterrestre.
Un millar de personas salió de sus hogares en la zona portuaria y abandonó el lugar ante lo que sucedía: el bombardeo del Puerto y la populosa barriada. En los 50, cerca de 30 mill personas vivían en la zona donde funcionaba la Base Naval, el Ministerio de Obras Públicas y la gastronomía portuaria.
A las 8, pobladores con bolsos, bártulos, adultos mayores, niños, recorrían a pié avenida Juan B. Justo, antes “Del Cincuentenario” marplatense, rumbo a hogares familiares en las cercanías del Centro local. Un éxodo que nunca antes conocido en la “Perla del Atlántico”, luego “Ciudad Feliz”.
El golpe cívico militar tuvo como efecto la caída del segundo gobierno de Perón, en un tiempo donde la Argentina no tenía deuda externa, no había desocupación ni pobreza reconocida. Una política de industrialización había hecho crecer las exportaciones.
El país desde “las 40 manzanas” en Córdoba, fabricaba autos, camionetas, la “Estanciera”, el “Rastrojero”, motos la “Puma”, tractores el “Pampa”, aviones “Pulqui” una etapa que no siempre se recordó en los Medios hegemónicos, ni en la enseñanza primaria, secundaria y universitaria.
El arco político apoyó la llamada “Revolución Libertadora” de Lonardi y Pedro Aramburu por el Ejército “rebelde” como se dijo luego de los bombardeos a Plaza de Mayo, el 16 de junio del 55, con 366 muertos civiles y algo más de 800 mutilados. Gente inocente.
Todo aquéllo para “matar a Perón” el mediodía gris, a las 12.35 cuando aviones Gloster Meteor, volaron bajo y ametrallaron a las persnas en las cercanías de la Casa Rosada. Horror. El odio del antiperonismo sin límite.
El 16 de setiembre se repetía el ataque. El 19 la Armada bombardeaba la zona portuaria de Mar del Plata. El odio repetido. Se supo del ensañamiento del jefe de la Marina, Isaac Rojas, apodado por el peronismo “Hormiga Negra”. Debió vivir con custodia hasta su muerte. Medio siglo más tarde.
Mario Trucco el “prócer” del periodismo marplatense estaba por ser sorteado para soldado en Camet Su familia vivía cerca de la Estación del Ferrocarril. Conocida como la Estación Vieja. En uno de sus libros evocó aquéllas tristes jornadas.
“Radio Colonia informaba del bombardeo. No solamente el Puerto marplatense. Algunos decía que sería alcanzada la Ciudad. Hasta la Estación Vieja, situada al Norte a 20 cuadras del Centro. Una verdadera locura”, contó Mario Trucco quien falleció no hace mucho. Había pasado los 90. Una gloria.
El abogado penalista Jorge Cabarcos, 80, jugador histórico de Pueyrredón Rugby Club con su familia vivía en la barriada de la Iglesia San Carlos. A 20 cuadras del Puerto. Recuerda como su padre, el entrañable “Coco” empleado en el Ministerio de Obras Públicas, a las 6.30 los hizo salir. Casi desnudos”Mi Viejo –comentó Jorge, gran amigo del cronista desde fines de los 60- muy peronista, estaba al tanto del terror que se venía. El 16 de setiembre nos dijo ésta gente está dispuesta a cualquier cosa. La vamos a pasar mal. Como ocurre en todas las dictaduras, la clase obrera llamada a sufrir”, evocó.
“En la Usina Eléctrica, la 9 de Julio, quedaron incrustados las balas de ametralladora de los atacantes a YPF. Una verdadera locura. Lo que hoy se debate como tiempo <del odio político< tiene que ver con el anti-peronismo incubó hace casi 70 años. Los jóvenes no lo vivieron. Los Medios lo taparon”, cerró
Varias generaciones no vivieron nada de aquéllo. Cada tanto algunos historiadores recuerdan en “La Feliz” jornadas que siguieron. Uno de ellos, no hace mucho evocaba la quema de chalets en zona de
“Los Troncos”, barrio residencial de Mar del Plata.
Las llamas del chalet del empresario peronista Jorge Antonio no fueron apagadas en todo el día del trágico bombardeo. Gente con nafta estuvo rociando la vivienda del amigo del Gral. Perón que sólo iba a veranear a Mar del Plata. El odio tiene algo más de 70 años.
Nunca se supo de otros bombardeos al propio país de las FF. AA. desde el Poder instalado por un golpe cívico militar. Lo que se vive hoy está por cumplir 80 años de edad.
“Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio”, Joan Manoel Serrat, Barcelona, 1971.
El franquismo había prohibido cantar en catalán.
Gentileza: José Luis Ponsico
(*) Columnista de La Señal Medios, Mundo Amateur, Libre Expresión, Agencia Nacional y Popular