La inflación de agosto alcanzó el 12,4% y registró de esta manera el ritmo mensual más elevado en más de 32 años. Según informó este miércoles el Indec, la suba de precios anual fue de 124,4% en los últimos doce meses y solo en los primeros ocho meses del 2023 el IPC acumuló un alza de 80,2 por ciento.
El Indec informó que el mes pasado “la división de mayor aumento en el mes fue Alimentos y bebidas no alcohólicas (15,6%), producto de la suba en Carnes y derivados y Verduras, tubérculos y legumbres. Le siguieron Salud (15,3%) –principalmente por los aumentos en medicamentos– y Equipamiento y mantenimiento del hogar (14,1%)”.
Se trata del primer dato inflacionario luego del impacto de la devaluación del tipo de cambio oficial, el día después de las PASO y que aceleró el ritmo de inercia al que se mueven los precios de la economía. Ese primer efecto, según estimaciones privadas, también dejaría a septiembre en el terreno de los dos dígitos mensuales.
El Gobierno apuró medidas de compensación de ingresos para evitar que el fogonazo inflacionario del mes pasado y el corriente tengan un impacto pronunciado sobre el poder de compra de los salarios en las semanas previas a las elecciones y que eso provoque, por una suba marcada del precio de la canasta básica, un aumento de la incidencia de la pobreza en todo el país.
Asimismo, el Ministerio de Economía se involucró en negociaciones con empresas de consumo masivo y de otros rubros para buscar senderos de precios acordados para algunos bienes claves de la canasta básica. Según información de la Secretaría de Comercio, aún cuando esas negociaciones se iniciaron hace casi un mes, días después del salto del tipo de cambio oficial, de las 425 empresas con las que se iniciaron conversaciones, aún quedan fuera de la firma de esos convenios unas 145.
La inflación, hasta antes de la devaluación, había encarado una tendencia -muy inicial y aún en niveles muy altos- en los últimos dos índices. El IPC había sido de 6,3% en julio, lo que representaba una suba de 0,3 puntos respecto a junio, cuando se ubicó en 6 por ciento. El pico tuvo lugar en abril, con 7,4% tras una aceleración de precios que siguió a la crisis cambiaria de la segunda quincena de ese mes.
Con el último dato de julio, durante los primeros siete meses del año la inflación minorista fue de 60,2% y de 113,4% en los últimos 12 meses. Algunos primeros datos oficiales provinciales dieron cuenta de que en agosto volvió a acelerar la inflación, y que se movió a un ritmo que no registraba hace más de 20 años en la economía argentina.
La Dirección de Estadísticas de la Ciudad de Buenos Aires dio cuenta la semana pasada que la inflación en el distrito porteño fue durante agosto de 10,8%, por encima del 7,3% registrado en julio. Así, el índice de precios porteño acumuló una suba del 79,8% en los primeros ocho meses del año y una variación interanual del 127,3 por ciento.
En su lectura sobre la economía de Argentina, desde Latin Focus destacaron que la inflación se disparará este año en relación a 2022, impulsada por un colapso del peso debido al financiamiento monetario del déficit fiscal.
“Una depreciación del peso más rápida de lo esperado y una generosidad fiscal antes de las elecciones de octubre son los principales riesgos al alza. Los panelistas de FocusEconomics ven los precios al consumidor subiendo 124,5% en promedio en 2023, lo que es un aumento de 8,4 puntos porcentuales con respecto a hace un mes, y subiendo 152% en promedio en 2024″, indicaron.