Los representantes del pueblo le dijeron adiós a un pastor especial

El Concejo Deliberante de General Pueyrredon congregó hoy un consenso ponderable: la figura, el aura y la trayectoria de Monseñor Gabriel Mestre ameritó la acumulación de elogios hacia quien fuera, hasta hace pocas semanas, Obispo de la Diócesis de Mar del Plata.

Ungido Arzobispo de La Plata, un salto cualitativo en su trayectoria pastoral, recibió los honores de todo el plenario del Honorable Cuerpo, que lo despidió con destacados términos por su trayectoria.
Presidida por Marina Sánchez Herrero, la 4º Sesión Pública Especial comenzó pasadas las 10:00 horas. Asistieron también el Secretario del Cuerpo, Carlos Bustos, que leyó el documento consensuado del Cuerpo; Marianela Romero, Daniel Núñez y Gustavo Pujato (UCR); Guido García y Liliana Gonzalorena (CC ARI MdP); Guillermo Volponi, Agustín Neme, Fernando Muro, Mercedes Morro y Florencia Ranellucci (VJ); Nicolás Lauría (Creciendo Juntos); Paula Mantero y Horacio Taccone (AM); Matías Maciel, Majo Sánchez, Roberto Gandolfi, Virginia Sívori, Miguel Guglielmotti, Vito Amalfitano, Marina Santoro, Mariana Cuesta y Verónica Lagos (Unión por la Patria).
También tuvo lugar la 6º Sesión Pública Ordinaria del 108º Período Legislativo, a la que se sumó el concejal Alejandro Carrancio.
Durante la sesión especial, se leyó el documento único, consensuado por todos los bloques políticos del HCD.

Monseñor Mestre tuvo la oportunidad de hablar para despedirse del Cuerpo y través de él, de la comunidad: “Por sobre todas las cosas, quiero expresar agradecimiento al Concejo Deliberante, por el mensaje común, que me pareció significativo. En mi humana fragilidad intenté tender puentes, ayudar a la cultura del diálogo y del encuentro, que es lo que nos pide el Papa Francisco, respetando las diferencias. Hay proyectos distintos y hay que respetarlos. Como Obispo y como ciudadano he tratado de respetarlo y valorarlo. En el marco de la democracia, la construcción del poder se da de esta forma. Y a veces se corre el riesgo de tener una mirada algo maniquea, que rechazo. Marcar las posiciones, pero jamás renunciando a los puentes, al diálogo y al consenso, teniendo en el horizonte el bien común y con una mirada privilegiada en los pobres, los descartados, los que están fuera del sistema. Lo bueno que pude hacer es gracias a tener equipo, no podría nombrarlos a todos, laicos y consagrados. Sin equipo no podría haber llevado adelante las cuestiones que ustedes valoran en mi persona. Habrá otro pastor acá, con el mismo equipo, que seguirá intentando lo mismo. Estoy inmensamente agradecido por las muestras de afecto. Muchas gracias”.