“Tenemos un pueblo tan maravilloso, que nunca va a dejar de tener esperanza”

Previo a la misa principal por la festividad de San Cayetano, el Padre Juan Pablo Cayrol, referente espiritual del santuario en Mar del Plata, en diálogo con “el Retrato…” manifestó: “Si bien las cifras anuncian un mejoramiento importante en la ocupación en la ciudad, nos damos cuenta de la inestabilidad que hay en muchos sectores”. A su vez, afirmó: “Tenemos un pueblo tan maravilloso, que nunca va a dejar de tener esperanza”.

El Padre Cayrol en diálogo con “el Retrato…” manifestó su alegría por la cantidad de fieles que se acercaron a la celebración de San Cayetano, también conocido como el Santo del Pan y el Trabajo, y detalló que se realizaron distintas misas durante este lunes como ser a las 8, 11, 15, 19 y 21 horas a la vez que destacó la que se realizó a las 15 horas, ya que incluyó una  procesión y una misa en el exterior, frente a la plaza, la cual estuvo precedida por el obispo de la diócesis, Gabriel Mestre.

“A diferencia de otros años, este año empezó muy despacio la fiesta. Probablemente influyeron dos cosas: una, que el domingo a la tarde se anticipó mucha gente, porque estaba realmente hermoso y otra, es que hizo mucho frío hoy temprano, lo cual hizo que viniera poca gente a las primeras misas del día”, sostuvo y agregó que a la misa y procesión de las 15 sí asistió una gran cantidad de fieles.

En tal sentido, Cayrol resaltó el clima de “fiesta” que se vive en las afueras del lugar. “No ha habido un solo problema, máxime teniendo en cuenta que es una festividad que congrega a muchas personas. La gente lo disfruta, porque hay gente que viene con necesidad de agradecer o pedir mientras que otras con la necesidad de estar un rato con el santo”, afirmó el padre.

Es importante poder tener este encuentro con el pueblo trabajador de Mar del Plata, que es el que viene sufriente, desanimado y enfermo muchas veces. Hay mucha gente que pide a otros que recen por ellos si van a San Cayetano”, explicó.

A su vez, Cayrol destacó que la misa de las 15 representó la despedida de Gabriel Mestre, quién adelantó que abandona la diócesis de Mar del Plata el 9 de septiembre próximo, luego de la misa en la Catedral. “Hoy es el evento masivo más grande que tiene”, aseguró y comentó que tuvo la posibilidad de dialogar con Mestre acerca de este nuevo camino que emprenderá.

“Hace 5 años que viene como obispo. Para él Mar del Plata es un lugar que le trae muchos recuerdos. Por eso, esta nueva etapa es una mezcla de sentimientos: por un lado, la mayor responsabilidad que le da la iglesia lo llena de orgullo, pero, por otro lado, tener que dejar su ciudad, su gente y sus conocidos le produce otras emociones”, sostuvo.

El Padre Cayrol en diálogo con “el Retrato…” se refirió al lema que convoca en esta ocasión a los fieles de San Cayetano y explicó que “el pan y el trabajo están como elemento esencial, pero se incorporó la paz, que es una fuerte necesidad del país y del mundo, como así también la salud, porque venimos de una pandemia que fue fuertemente agresiva y de un momento de incertidumbre. La salud siempre es un tema muy preocupante”.

Asimismo, manifestó su preocupación por la situación en puntual de Mar del Plata y apuntó: “Si bien las cifras anuncian un mejoramiento importante en la ocupación en la ciudad, nos damos cuenta de la inestabilidad que hay en muchos sectores como ser los jubilados, los subempleados, etcétera”.

“Todavía nos queda vencer el desafío de bajar el índice de desocupación de la ciudad y otros pasos más para que todos puedan vivir dignamente”, afirmó y comentó que los fieles que se acercaron en el día de la fecha se encuentran movilizados por distintas cuestiones, pero principalmente por los padecimientos individuales de cada uno.

Conforme a ello, remarcó que los padecimientos son múltiples y comentó: “Hay que gente que viene a rezar triste, porque se le ha muerto un familiar o que está cansado, porque no le encuentra sentido a su vida y todos los dolores se amontonan ahí, debajo del santo. Piden una ayuda porque no están bien”.

Por último, al ser consultado por “el Retrato…” sobre si se ha mantenido el número de fieles, respondió: “Hace 17 años que estoy en la parroquia y 42 años que soy cura, siempre hay dolor y sufrimiento, pero tenemos un pueblo tan maravilloso, que nunca va a dejar de tener esperanza. Puede que haya momentos que viva su fe con mayor intensidad y otros que en forma menor, pero somos un pueblo que reaccionamos bien, esperanzadamente”.