
En medio del abandono y la desidia estatal que sufren las cárceles de la provincia de Buenos Aires, la Justicia de Mar del Plata restringió nuevamente el ingreso de nuevas detenidas al complejo penitenciario de Batán, producto del deterioro edilicio y la sobrepoblación carcelaria.
Es que, tras una evaluación de las condiciones de encierro a las que son sometidas las personas privadas de su libertad como consecuencia de la sobrepoblación carcelaria en el penal Nº50 de Batán, la jueza Mariana Irianni, del Juzgado de Responsabilidad Penal Juvenil N°1 de Mar del Plata ordenó impedir el ingreso de nuevas reclusas.
Si bien, Iranni ordenó la medida el año pasado en el marco de un habeas corpus correctivo, la restricción de ingreso al penal de Batán fue modificada esta semana, por lo que actualmente la limitación solo rige para personas detenidas o condenadas ajenas a los departamentos judiciales de Mar del Plata.
En detalle, de acuerdo a los datos oficiales de la Defensoría General, la capacidad máxima del Destacamento femenino del complejo penitenciario Nº50 de Batán, “es de 20 personas”. Sin embargo, al momento de presentar la medida cautelar la semana pasada a la jueza Iranni “había 25 detenidas”.
“Esta semana, una mujer que fue detenida en Balcarce, debió ser alojada en el Destacamento Femenino de General Madariaga por encontrarse el sistema carcelario de Mar del Plata saturado”, detalló la Defensora General, Cecilia Boeri y agregó: “Al momento del traslado, en Batán había 28 mujeres detenidas, superando en un 40% el cupo operativo”.
En el documento, Boeri plantea que “en ocasiones, las mujeres que resultan aprehendidas por las autoridades policiales quedan en lista de espera para ingresar al recinto, debiendo permanecer en la seccional responsable de su detención por hasta por 24 o 48 horas”.
“En la documentación remitida por el Destacamento Femenino de Batán dan cuenta que la población de la Unidad Penal Nº50 de Batán actualmente alcanzó 116 personas privadas de su libertad, siendo 48 de ellas de otros departamentos judiciales”, detalló Boeri.
Asimismo, en el escrito Boeri recordó que el 4 de mayo de 2021 se había prohibido el ingreso de detenidas provenientes de otros departamentos judiciales en la Unidad Penitenciaria Nº50 de Batán, pero sin fijar un plazo perentorio para su vigencia sino sujeta a que su población sea acorde a su capacidad operativa.
En ese marco, la sobrepoblación carcelaria que registra Batán generó que muchas mujeres deban ser alojadas en dependencias policiales de otros departamentos judiciales que “no cuentan con espacios adecuados a tal fin”.
Es preciso señalar que, la situación crítica de sobrepoblación carcelaria a la que se llega en la provincia de Buenos Aires, se da en medio de una campaña electoral donde las propuestas y soluciones en materia de inseguridad carecen de creatividad, donde los eslóganes vacíos solo parecen conocer mayor punitivismo y mano dura.
Mientras tanto, la sobrepoblación carcelaria que se vive en Batán, se replica en el resto de los complejos penitenciaros bonaerenses, demostrando, una vez más, una problemática desatendida por los Gobiernos nacionales y provinciales, independientemente del signo político que sean.
Desidia estatal: las condiciones de detención y hacinamiento
Según peritos judiciales de la Defensoría General, a cargo de Cecilia Boeri, en la Unidad Penal N°15, construida hace 42 años, hay casi 1600 personas detenidas cuando en realidad tiene una capacidad de 746.
En ese contexto, el Director del Programa de Intervenciones Complejas y Colectivas del área Contra la Tortura de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), Augusto Infante, aclaró que el “problema estructural de la sobrepoblación carcelaria es una cuestión que caracteriza al sistema de encierro punitivo en general, en todos sus niveles”.
Según el informe de 2022 de la CPM, como parte de lo que califican como la “consolidación de políticas punitivistas”, la población encarcelada subió exponencialmente a una tasa general de 306 cada 100 mil habitantes en la Provincia de Buenos Aires, la más alta del país y de la historia bonaerense.
En promedio, desde la CPM calculan que “el porcentaje de sobrepoblación llega al 111%, número que no solo habla de personas condenadas, sino también a las jurídicamente inocentes, es decir, procesadas o sin condena firme”.
Puntualmente en Batán, las celdas están originariamente pensadas para una persona y en las inspecciones llegaron a encontrar algunas ocupadas por cuatro detenidos. “Son de muy reducidas dimensiones y tienen que armarlas aunque en algunos casos hay gente que duerme en el piso con colchones. En esas condiciones sobreviven. La circunstancias son realmente muy graves“, graficó Infante.
“La respuesta a la sobrepoblación carcelaria tiene que ser multicausal, e involucra incluso un cambio de un paradigma cultural, la modificación de leyes regresivas, la necesidad de que se destine un presupuesto para solucionarlo, el desarrollo de políticas públicas para pensar lo postpenitenciario, la generación de empleo genuino”, ponderó Infante.
Por último, Infante aseguró que “hoy la vida de una persona privada de su libertad no le importa a nadie porque no suma votos, tienen que sufrir, estar en un lugar en donde la pasen lo peor posible y ahí falta un canal de reflexión, porque esas personas van a recuperar la libertad en algún momento”.