Villa Titito, Chateau Frontenac, Hotel Hurlingham, Distrito de Arte y Diseño (DAD) son los proyectos de gran inversión que el Concejo debe aprobar una nueva excepción al Código de Ordenamiento Territorial. Las compensaciones pedidas son extrañamente muy escasas y de bajo costo para la envergadura de los edificios que aseguran cerca de 900 nuevos lugares de vivienda, para la élite marplatense.
Los cuatro proyectos fueron ingresaron al Concejo Deliberante por parte del Ejecutivo Municipal, quien defendió la parada y justificó, como pudo, en la Comisión de Obras las bajas compensaciones fue la edil Marianela Romero, que pertenece al mismo partido político que el Secretario de Obras, Jorge “Guasa” González: la UCR.
Según lo expresado en el Cuerpo Deliberativo, se unirá a tres empresas diferentes, con tres proyectos totalmente distintos (Distrito de Arte y Diseño, ex Hotel Hurlingham y Villa Titito) para que juntos, como compensación, realicen una “puesta en valor” del Distrito Tecnológico del Conocimiento y la Innovación, lo que se traduce en cruces accesibles y peatonales en la zona, bicisendas, veredas y soladas e instalación de iluminación..
La compensación del proyecto en el Chateau Frontenac será la “puesta en valor de la Plaza Revolución de Mayo“, ubicada en avenida Libertad, Uruguay, Maipú y Marconi. Incluye el reacondicionamiento del anfiteatro, la provisión de equipamiento urbano, solados y veredas, además de luminarias e infraestructura de biblioteca.
Según se fijó en los expedientes, el gasto de las compensaciones debe ser el 10% de cada metro cuadrado excedente a lo reglamentado por el COT.
La defensa de las compensaciones la hizo la edil Marianela Romero, quien hizo uso de la palabra en la Comisión de Obras y explicó que la unificación de las compensaciones de tres de los proyectos se decidió “para que el impacto en la comunidad sea mucho mejor”. “Las inversiones que hay que hacer en el Distrito Tecnológico van a ser mucho más productivas trabajándolas de esta manera, que trazando una valorización en dinero en este contexto inflacionario”
Entre radicales, aparentemente se cuidan la espalda, pero ¿a qué costo?
De la ridiculez no se vuelve.