Joel Sclavi triunfa en Francia

El Rugby de Mar del Plata tiene otro “embajador” en el centro de Europa. Se trata de Joel Sclavi, apodado “el Toro” por sus amigos y admiradores de Pueyrredón Rugby Club. Un grandote, peso pesado, de 27 años, que se enfrenta a los fornidos “Pilares” del Viejo Continente. En una liga, la francesa, “cabeza a cabeza” con Inglaterra, Escocia e Irlanda los países de vanguardia.
Sclavi es heredero de otro enorme rugbier marplatense, curiosamente también de Pueyrredón el club que hoy se enorgullece
de dos integrantes de “Los Pumas” habiendo crecido en el “semillero” cercano a las instalaciones en Parque Camet, donde aún se vive el prestigio de un histórico dirigente: el inolvidable Pascual Ramos, artífice de la entidad. Fallecido hace tres años.
Mucho antes, otro enorme rugbier marplatense, Mauricio Reggiardo, “gladiador” ahora con 52 años, entrenador en Francia, club Provence -disputando la segunda categoría- había llevado al club Pueyrredón, fundador hace 73 años por un grupo de amigos que curten, varios de ellos, el milagro: todos los sábados se siguen reuniendo. Los que quedan.
Reggiardo hizo camino en Europa desde Pueyrredón. En la adolescencia tuvo un paso por el fútbol: por su estatura, su condición de “grandote” -Franco Armani a los 17 años- recordado arquero de San José, histórico club local, cercano a la
Parroquia y al Colegio Obra Don Orione, una barriada futbolera.
Hace un cuarto de siglo Reggiardo dejó su huella en “Los Pumas”. Integrante del valiente seleccionado nacional de rugby en los Mundiales Gales,1999 y más tarde en Nueva Zelanda, 2003. Apodado el “Gordo” el “rocoso” saltó del arco de “Sanjo” a la Primera de Pueyrredón con 19 años, pintaba como sobresaliente.
La historia del rugby marplatense mantiene una fecha que marcó un hito: el seleccionado local que ganó el Torneo Argentino en el 61 en un partido memorable: Mar del Plata superando a Rosario el SIC y el CASI al juego de la ovalada que inventaron los ingleses a fines de la década de 1860.
El repaso de la entidad cuya sede y campo de juego se ubican en un hermoso paraje en zona de Parque Camet, frente al Mar, donde se acumulan en reencuentros de varias generaciones, los momentos vividos en otros tiempos. Pueyrredón en los 60 tuvo un plantel que quedó en el recuerdo.
Varias veces los sobrevivientes se mezclan en los recuerdos con el seleccionado marplatense del 61, donde brillaron Arturo Ferrari, Luis Bobo Prieto, otro popular por el apodo, Cascote Olivera hace algo más de 60 años. Un poco después, hace 55 en el ámbito de Pueyrredón se rompían las reglas del “rugby cheto” de clubes “paquetes”
En el 67, 68 superaron a la generación destacada de Sporting, remitido al Colegio Peralta Ramos, escuela privada de Curas y motor del rugby con 500 alumnos. También se destacaban como clubes de la guinda, Nogales, Comercial, Nacional y Biguá entre los recordados.
Sin embargo Pueyrredón ganó con un dream team donde la mezcla dió resultado a aquello que pregonaba Dante Panzeri: “La heterogéneo forma lo homogéneo”, decía el polémico periodista en 1969, en su visita a Mar del Plata. Charla de tres horas en el Sindicato de Canillitas, noche de invierno. Mes de junio. Ante 350 personas.
El revisionismo alcanza al “Ladrillero”  Silvano Vial, honrado por la Agrupación La Maquinita en un tiempo donde el juvenil  Hugo Cabarcos surgía como la revelación del mismo deporte con 20 años. El mítico Alberto Rodríguez Garmendia, popular “Palito” inmortalizado en las fotos con los destacados de Pueyrredón.
Se inscriben en el recuerdo profesionales del Derecho como el mayor de los Cabarcos, Reynaldo Jorge, abogado y siempre cerca suyo, también letrado, ubicuo Norberto “Picho” Fresno. Tanto que entre 1965 y 1968 jugaba al mismo tiempo en Unión  Básquetbol y  sábados en Pueyrredón. Con igual intensidad. Quizá superado en la historia por Jorge Newbery. O Menditeguy
Lo dicho: Mar del Plata, el rugby, Reggiardo antes, Sclavi ahora, Pueyrredón siempre. El deporte como una Escuela de Vida
Por José Luis Ponsico