Juan Román Riquelme vivió una jornada inolvidable en la Bombonera. Finalmente, y después de varios amagos, el patio de su casa se vistió de fiesta para homenajear a “El último 10″. Aunque todo se organizó con solo 10 días, tanto los asistentes como los protagonistas compartieron un espacio de emoción, camaradería y juego. Porque después de años en la alta competencia, volvieron a jugar a la pelota. Y allí estuvo también Lionel Messi, crack entre cracks, y Ángel Di María. Estuvieron compañeros de ayer y hoy, en azul y oro y en celeste y blanco.
Leandro Paredes se dio el gusto de jugar otra vez con la camiseta de Boca. Lo mismo hizo Ever Banega. Y el Chipi Barijho marcó dos goles, uno de ellos de un rebote tras una jugada en la que Lionel Scaloni le cometía penal a Riquelme. El Chelo Delgado metió sus endiabladas diagonales. Y el último gol lo marco Sergio Manteca Martínez. Si hasta Blas Giunta se dio el gran gusto de jugar los primeros 5 minutos y llevarse una ovación gigantesca en su corazón, tan noble como inmenso. Carlos Bianchi, con el perfil bajísimo que lo caracteriza, recibió la ovación más grande de la noche. Aquella que dice “que de la mano, de Carlos Bianchi, todos la vuelta vamos a dar”. Fue una jornada inolvidable, a la altura de un futbolista inolvidable. Que hoy, tal vez y solo tal vez, jugó por ultima vez en la Bombonera.
Regalo Messi, Paredes y Di María
Juan Román Riquelme les entregó a los tres campeones del mundo una placa conmemorativa y de agradecimiento. Luego, todos posaron con la popular local de fondo para la foto del final de fiesta.
La palabra de Riquelme
Esto es mucho para mí. Primero les quiero agradecer a todos los entrenadores y compañeros que tuve en este club. Me han hecho que todos ustedes me quieran. Y tuve la suerte que el 10 de noviembre de 1996 entré en una película. La película más linda que le puede pasar a una persona. Yo cuando era chiquito quería ser Márcico, Maradona, Manteca Martínez. Pero todo fue mucho más que lo soñado. Yo no tengo más que decirle que muchas gracias.
La verdad es que los jugadores de la selección se pasaron. Hicieron un viaje muy largo, terminaron de jugar hace poquito y me dijeron que iban a venir. La verdad que muchas gracias, los quiero mucho y espero que hayan sido muy felices. A José lo tuve de chiquito y me ayudó mucho. A Coco lo quiero mucho. Y después, acá el señor. “Vení vení , cantá conmigo, que un amigo vas a encontrar, que de la mano de Carlos Bianchi, todos la vuelta vamos a dar” (canta). Usted es el culpable de que todos queramos ganar la Copa Libertadores. Si la gente nos quiere tanto es porque el señor nos hizo ganar todo. Sabe que lo quiero mucho, que me siento parte de su familia. Sé que él me quiere mucho.
Yo soñaba comprar la casa para mi mamá. El 10 de noviembre contra Unión de Santa Fe ustedes me trataron de maravillas. Y así es hasta estos días. Me tocó jugar con el más grande que yo vi de chiquito, que fue Maradona. Hoy es un día maravilloso para todos ustedes, porque podemos disfrutar. Fui un afortunado porque de chiquito fue lo más grande que yo vi. Después pasó el tiempo, me fui poniendo más viejo y me tocó jugar con alguien que es increíblemente grande. No sé si es más grande que Maradona. Pero los dos son los más grandes qe yo vi en mi vida. Leo, le pido disculpas a tu familia porque te quedaste unos días más. Y la verdad que para todos los bosteros tenerte acá es una alegría muy grande.
Vuelvo a repetir que el 10 de noviembre entré en una película, que solo soñaba con ser futbolista. Que no puedo creer el cariño que recibo de todos ustedes. Mi papá me hizo bostero, como todos ustedes y me voy a morir bostero, como todos ustedes. Yo sin ustedes no podría vivir. Esa es la verdad. Los quiero mucho. Muchas gracias.
El Feliz cumpleaños
En el medio de la cancha Lionel Messi y Juan Román Riquelme, que cumplieron años ayer, reciben una torta y el cántico de todo el estadio.