Tras horas que registraron tensión en el marco del cierre de listas en el armado bonaerense, Axel Kicillof —gobernador de la provincia de Buenos Aires— finalmente confirmó esta noche que irá por su reelección. Ocurre que alrededor de las 21.30 de este sábado, el mandatario bonaerense firmó su precandidatura e irá por su segunda gestión en el territorio. Al igual que en 2019, su compañera de fórmula será Verónica Magario.
La oficialización de la candidatura de Kicillof se dio en el marco de una jornada de cierre de listas en las que el oficialismo registró una importante tensión. por la tarde los ánimos con Axel Kicillof no fueron los mejores. Ocurre que un sector del camporismo aún le facturaban al gobernador que no quisiera ponerse al frente de la campaña nacional y, con la vicegobernación aún vacante en esas horas, se complicaron todas las negociaciones.
El mandatario quería como compañera de fórmula a Verónica Magario, actual vicegobernadora desde 2019, aunque otros actores querían hacer pesar sus intereses. Finalmente Unión por la Patria buscará una reelección en el territorio con la misma fórmula que actualmente gestiona en el territorio.
Tal como adelantó este medio, la pelea por la vicegobernación apareció como uno de los principales ejes de discordia. Al imponer la candidatura de su compañera de gestión —una decisión que había deslizado Kicillof hace semanas y por la que fue muy criticado—, permite la lectura de un triunfo “independentista” para el ex ministro de Cristina Kirchner, que vio intervenido su Gabinete en 2021.
“Si uno muerde y lastima, se prenden todos”. Así resumía esta tarde un importante referente de La Cámpora la descarnada pelea que se había desatado esta tarde en las horas límite del reparto de lugares en las listas entre las facciones de Unión por la Patria. Según pudo reconstruir este medio, la discusión exhibió la tensión latente entre el jefe de La Cámpora, Máximo Kirchner; el gobernador, Axel Kicillof —que responde a Cristina Kirchner pero está distanciado de su hijo—; y el ministro de Economía, Sergio Massa después del acuerdo cerrado anoche por la fórmula nacional donde todos llevaron el cuchillo entre los dientes.
Algunos ven este momento, de cara a una posible reelección, como clave para Kicillof si quiere mostrar fortaleza después de tres años de tensiones con el líder camporista, que se profundizaron en los últimos meses por las operaciones que denunciaban los alfiles de parte del camporismo para empujarlo a la pelea nacional en lugar de la reelección.
En el escenario político de esta tarde circuló la posibilidad de que Máximo Kirchner estuviera impulsando para ese lugar —compañero de fórmula del gobernador— al jefe de Gabinete, Martín Insaurralde, que llamó la atención esta semana cuando decidió correrse de la reelección en Lomas de Zamora —se la dejó a un hombre de su cercanías, Federico Otermín— para encabezar la lista de concejales. El lomense llegó como paracaidista, con el aval del hijo de Cristina Kirchner y de la propia vicepresidenta, en 2021, después de la derrota del FDT en las legislativas.
La discusión entre el hijo de CFK y su protegido político también se diseminaba por los distritos. En La Plata, por caso, Kicillof busca darle la precandidatura por la intendencia a su ministro de Justicia, Julio Alak, mientras que el kirchnerismo busca imponer a Florencia Saintout, la histórica candidata ultra k que nunca logró imponerse, ni en la interna ni en las generales. Y existe la posibilidad de que no haya un acuerdo y terminen yendo a una PASO.
En paralelo aparece el fuego cruzado entre Sergio Massa y los Kirchner, que vienen de cerrar en acuerdo con Alberto Fernández la lista nacional, pero bajo extrema tensión. La Cámpora cree que después de haber cedido la fórmula al Frente Renovador y al PJ de Alberto Fernández —que impuso como vice a Agustín Rossi— le corresponden lugares de privilegio y en cantidad. Sin embargo, en el massismo no lo estarían viendo de esa manera, y la negociación por las listas nacionales para Diputados y Senadores nacionales se estaba complicando, tanto en la Legislatura y en la Cámara baja como en las listas de intendentes y concejales. “Nos están tratando de pegar en el piso”, dijeron en el campamento de los “duros”. El planteo del massismo era simple: si quieren la cabeza -por Wado de Pedro al tope de la lista de Senadores-, pierden en cantidad en Diputados.
En segundo plano, aparecen en la escena dos funcionarios del Gabinete de Alberto Fernández que, aunque intentaron despegarse de su liderazgo en los últimos meses y se pegaron a la candidatura de Daniel Scioli, cuando el ex motonauta debió bajarse se convencieron de que obtendrían sendas posiciones elegibles en la lista de Diputados. Corrieron rumores de que el PJ buscaba un tercer lugar, pero desde los entornos de los ministros, con sendos orígenes en La Plata y San Isidro, que esta tarde estaban juntos analizando cómo repartir los dirigentes que quedaron “sueltos” después de bajar la lista de scioli, lo negaron. Sí remarcaron que no están dispuestos a ir como concejales.
Desde el kirchnerismo deslizaron que es posible que en la repartija, debido a las disputas entre los sectores mayoritarios, sea el partido justicialista nacional el que deba sacrificar un lugar. En ese caso, dicen, debería salir Cafiero. La relación, sobra decirlo, es mejor con Tolosa Paz.
En este cierre de listas se arrastran discusiones del pasado remoto, de los últimos meses y de las últimas horas. Y se reproducen, también, al interior de cada fuerza. Así, los albertistas, que arrastran una pelea de años con La Cámpora buscan retener ciertos lugares, envalentonados por el triunfo al imponer a Agustín Rossi en la fórmula presidencial. Mientras que Kicillof, busca ganar cierta independencia frente a Máximo Kirchner, que acaba de plegarse a Massa, que amenazaba con irse del ministerio y advertía que Wado de Pedro podría perder contra Scioli en la disputa nacional. Faltan menos de tres horas para saber quiénes serán los heridos y quiénes los ganadores en la riña de poder oficialista.